A lo largo de los años, Eduardo Santamarina ha construido una gran trayectoria en la televisión mexicana y actualmente continúa haciéndolo. Mucho se habla del papel que está interpretando en la telenovela La desalmada, pero ya desde sus inicios se ha podido ver el buen desempeño del actor mexicano.
Don Octavio Toscano es el personaje al que hoy le da vida el actor de 53 años, pero en esta oportunidad hablaremos sobre uno de los tantos trabajos que realizó en la serie Mujer, casos de la vida real.
Santamarina ha participado en muchas producciones donde se le ha visto interpretando a personajes buenos y malos, pero una de las producciones más recordadas fueron las que realizó entre los años 1994 y 2002, donde tuvo la oportunidad de interpretar a varios personajes en la serie de antología mexicana.
Antes de unirse a «Mujer, casos de la vida real», el intérprete de Octavio Toscano participó en las novelas La picara soñadora, De frente al sol, El abuelo y yo, Más allá del puente, Prisionera de amor y El vuelo del águila.
Eduardo Santamarina en «Mujer, casos de la vida real»
Como se mencionó anteriormente, el actor mexicano tuvo varios papeles en la popular serie durante 8 años. En ese tiempo, Santamarina le dio vida a un personaje llamado Esteban Hernández, un pasante de medicina que va a un pueblo con muchas carencias a realizar su labor social para poder culminar sus estudios, y aunque de primer momento no le gustó para nada el lugar, con el tiempo sus pensamientos fueron cambiando.
Una mujer llamada Salud le cambió por completo la visión que tenía sobre su profesión, ya que para Esteban lo más importante era poder ejercer su carrera en la capital para ganar mucho dinero.
Trabajar en aquel pueblo era todo lo contrario a lo que aspiraba en un futuro, como tener un consultorio y vivir en las comodidades, pero el lugar donde se encontraba haciendo su labor social era muy pobre y la gente estaba muriendo por tuberculosis.
Estaban no entendía las razones por la que el médico que lo ayudaría en sus labores se encontraba en ese consultorio rodeado de miseria, pero este le aclaró que las personas de ese pueblo no tenía otro médico y no podía abandonarlos.
Los pacientes que padecían de tuberculosis estaban destinados a morir, porque en el sitio no había insumos médicos para atenderlos. Esteban quería irse, pero conoció a Salud, una mujer que fue criada por el médico y que logró enamorarlo con su belleza.
El amor hizo que Estaban disfrutara más su estadía en el pueblo, pero luego tuvo que vivir la cruda realidad del pueblo cuando un hombre murió de un infarto ante sus ojos y sin poder hacer absolutamente nada, ya que no habían medicamentos o maquinas para atenderlo.
Finalmente, el joven estudiante de medicina regresa a la capital para presentar su tesis, pero meses después cuando regresa feliz para reencontrarse con el médico y Salud, recibe la terrible noticia de que su novia había muerto a consecuencia de la tuberculosis.
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