Según una nueva investigación en Holanda, quienes tienen una mayor abundancia de microbios en la piel, pero con una menor diversidad, son el alimento favorito de estos insectos.
Y el hallazgo, afirman los científicos en la revista PLoS One, puede tener implicaciones en la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos, como malaria y dengue.
Para picar a sus víctimas los mosquitos se guían por varias señales físicas y químicas, incluidas el calor, la humedad y las emanaciones de la piel humana, como el sudor.
OLOR INDIVIDUAL
Sin bacterias el sudor es inodoro. Estos microorganismos se encargan de producir los compuestos volátiles que desprender el olor característico de cada ser humano.
De manera que el tipo de comunidades de microbios que viven en la piel determinan cómo huele una persona.
El doctor Niels Verhulst y su equipo de la Universidad de Wageningen llevaron a cabo experimentos con mosquitos hembra de la especie Anopheles gambiae, el cual juega un papel muy importante en la transmisión de malaria en África.
Los investigadores querían determinar si la composición del conjunto de micoorganismos en la piel, la llamada microbiota, tiene un impacto en el grado de atracción que un mosquito tiene hacia un ser humano.
En las pruebas participaron 48 adultos varones sanos de entre 20 y 64 años; 46 eran de origen caucásico, uno asiático y un hispano.
Para poder determinar el olor natural de los participantes se les pidió no ingerir alcohol, ni comer ajo, cebollas o picante en las 24 horas previas al análisis.
En el experimento se tomaron muestras de emanaciones de la piel de los pies de cada individuo dos veces durante tres días diferentes.
Los pies, explican los científicos, producen compuestos volátiles que se sabe son atractivos al A. gambiae y éste es uno de de los sitios favoritos para picaduras de este insecto.
Posteriormente colocaron las muestras en los recipientes que contenían a los mosquitos en cautiverio.
Los mosquitos se vieron inmediatamente atraídos a las muestras de nueve de los voluntarios, mientras que las de otros siete fueron casi invisibles.
Al analizar a estos dos grupos los científicos descubrieron que los más atractivos tenían más comunidades de bacterias en los pies que los siete que fueron rechazados.
Pero estas comunidades de bacterias atractivas tenían una menor diversidad. Es decir, eran más bacterias pero más parecidas.
“El descubrimiento de la relación entre las poblaciones microbianas de la piel y la atracción de los mosquitos puede conducir al desarrollo de nuevas formas de atraer a los mosquitos” afirma el investigador.
“Y de métodos personalizados para protegerse de los vectores de la malaria y de otras enfermedades infecciosas” agrega.
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