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Chimpancé: trabaja tus brazos
El hecho: estos animales son conocidos porque guardan cierta cercanía con los seres humanos.
Ellos muestran gran agilidad y fuerza: escalan árboles para construir los hogares de sus hijos, mientras otros simios no pueden avanzar de árbol en árbol; además, la estructura ósea de los hombros del chimpancé le permite columpiarse.
El movimiento: los monos se estiran. Para ello, necesitas una barra y suficiente espacio sobre tu cabeza.
Empieza estirando tu mano. Luego estira tu cuello sobre la barra mientras levantas el otro brazo.
Rana: haz sentadillas
El hecho: los anfibios usan los tendones en sus piernas para darse impulso y saltar lejos. Antes de hacerlo, los músculos se contraen y llevan el peso a los tendones. Entonces, la tensión se libera, permitiendo a las ranas impulsarse hacia adelante.
El movimiento: inclínate en posición de sentadillas, con los hombros hacia adelante, gira los dedos de tus pies 45 grados.
Luego, acerca tus manos al suelo con tu peso repartido entre tus brazos y piernas.
Lleva tu cuerpo hacia el suelo y luego eleva tus brazos y piernas. Aplaude cuando te eleves.
Canguro: fuerza y elasticidad
El hecho: la flexibilidad en las articulaciones es la clave para fortalecer los músculos de las piernas. Así, en lugar de correr rápido para escapar de los depredadores, el canguro ha evolucionado, por lo que es un buen saltador.
El movimiento: “el salto del canguro es en cuclillas para obtener distancia, no altura”, dice McKay.
Comienza en una posición en cuclillas. En lugar de saltar, trata de ir hacia adelante. Aterriza tranquilamente; puedes sentarte en los glúteos mientras caes en una posición de sentadilla de 90 grados
Guepardo: Rápido y veloz
El hecho: Es el animal más rápido en la tierra y puede alcanzar una velocidad de 120 kilómetros por hora.
El movimiento: Escalador. Pon tu pie adelante del otro, dobla tu rodilla y súbela al pecho.
Cambia de pie, dobla la otra rodilla y estira la otra. Haz 20 repeticiones en 10 segundos, dice McKay.
Flamenco:
acto de balanceo
El hecho: los flamencos son conocidos por balancearse en una pierna, la cual, de hecho, les ayuda a regular la temperatura de su cuerpo y reducir el contacto con hongos en los lagos.
El movimiento: balancéate mientras te estiras. Mantente parado sobre un pie y con los hombros hacia atrás. Levanta la rodilla hacia el pecho y estírate hacia adelante. Esto te permitirá ser más flexible, lo que es importante en cualquier tipo de ejercicio.
