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MITO 1: La química es uno de los elementos más importantes en el amor.
REALIDAD: ‘La química opera desde nuestro inconsciente y se nutre de los juicios que andamos llevando, los que pueden estar plenos de negatividad, baja auto-estima o de principios equivocados. Una relación de pareja, como cualquier otra, es un intercambio de elementos que cada uno elige desde sus necesidades, desde sus expectativas. No tener clara la naturaleza de ellas no sólo inducen al error, sino que nos lleva a una frecuente frustración’
MITO 2: No hay hombres, por lo que es mejor no ponerse exigente… Hay que conformarse con lo que hay.
REALIDAD: ‘Operar desde ‘lo que no hay’ es una señal no sólo de negatividad, sino que se conecta principalmente con la carencia. Además se impone el dato del INE del 2012, según el cual el 14% de la población chilena estaría formado por hogares unipersonales. Y entendiendo que la estructura demográfica del país por género está dividida casi en partes iguales, está muy lejos de sostenerse el mito del desabastecimiento masculino. A esto le podemos sumar el estudio del 2011 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) titulado ‘Society at a Glance’, que reveló que Chile estaría a la cabeza de los países con más solteros, con un 39%. La evidencia sugiere que las mujeres con el pasar de los años, y al no renovar sus vínculos sociales, ‘no cuentan con hombres en sus propios mundos’. Esto plantea una necesidad de expandir lazos, de bajar barreras’.
MITO 3: Todos los hombres son malos. Es mejor estar sola.
REALIDAD: ‘Las actitudes destructivas al interior de una relación no son patrimonio de un género, ni femenino ni masculino. Para todos se asocian con carencias, incapacidad de compromiso y con muchos factores de la vida síquica y emocional. Al asignarse esa propiedad a los hombres se incurre en una caricatura odiosa, que insinúa un trasfondo de miedo que impide tomar los riesgos que demanda el amor
MITO 4: Como siempre me ha ido mal en el amor, asumo que siempre será así.
REALIDAD: ‘Admitir que se cometerán siempre los mismos errores sólo habla de una actitud cerrada al aprendizaje. El no aprovechar las experiencias negativas y desconocer las voces del dolor es la razón de fondo por la que se hace imposible el cambio. Los quiebres, las penas de amor, son la materia a trabajar para el logro de una relación satisfactoria’.
MITO 5: No se le puede contar a un hombre lo que a una le sucede, porque salen corriendo.
REALIDAD: ‘Hoy más que nunca se hace evidente la necesidad de aprender sobre las pequeñas-grandes diferencias entre hombres y mujeres, que afectan la escucha, comprensión y jerarquía de intereses y que sin duda distinguen en la calidad de una relación. Si bien es cierto que algunos hombres huyen cuando el panorama no es color de rosa, más de una vez habrás visto a muchos otros que sí se quedan, que están dispuestos a compartir y que están abiertos a la escucha’
MITO 6: No entiendo por qué estoy sola si le he dado tanto a mis parejas.
REALIDAD: ‘En un romance debiera primar un equilibrio entre el dar y el recibir. La renuncia plena de una persona se asocia a temas de carencia, revela una baja autoestima y, en el fondo, es una práctica que promociona el retener por sobre encantar. No confundir generosidad con postergación de sí misma, que lo que se consigue es el efecto contrario, no ser vista y finalmente ser abandonada
MITO 7: Tener pareja es lo más importante en la vida.
REALIDAD: ‘Colocar las relaciones como un norte que nos asegure felicidad, no sólo es errado sino peligroso, dado que nos lleva a colocar todas nuestras fichas a un sólo terreno, amputando los otros mundos que tenemos a disposición. El amor de pareja es un espacio muy importante en la vida de cualquiera. Evolutivamente nos desarrollamos en base al afecto. Sin embargo, para que éste sea sano deberá partir por nosotras mismas, por un ejercicio pleno de todos nuestros espacios, el laboral, intelectual, social, espiritual e íntimo. Sólo así la pareja se sumará como un aporte en el camino de la vida
MITO 8: Para amar hay que admirar
REALIDAD: ‘La admiración se basa en un juicio de un estándar superior e inalcanzable. Impone un gesto corporal de mirar hacia arriba, en cautivación y éxtasis, que la coloca en una ubicación inferior para la contemplación. Una relación sana deberá permitirle permanecer en un lugar igualitario, de ser mirada a los ojos para que el compartir sea posible y fluido, algo más cercano’
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