La falta de descanso y los trastornos del sueño se convirtieron en los principales enemigos de la productividad laboral en México.
Los estudios más recientes sobre el tema advierten que la falta de descanso, asociada a los trastornos del sueño, provoca un deterioro en el trabajo o falta de productividad de hasta 54.6%.
Ello sin contar con un aumento exponencial en los accidentes de trabajo, hipertensión, ansiedad, dolor de cabeza, náuseas, enfermedades gastrointestinales, depresión, baja en las defensas del cuerpo e incluso cáncer.
Guadalupe Terán Pérez, coordinadora de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que hasta 30% de la población del país está afectada por males como el insomnio, la somnolencia y problemas crónicos de descanso.
Indicó que, aún cuando esta última cifra sólo se ocupa de quienes tienen un trastorno declarado, la falta de horas de sueño disminuye y ataca de forma dramática la productividad, reduce los niveles de atención y dispara los accidentes y el ausentismo laboral.
Lo anterior sin contar que quienes duermen menos y descansan poco son vulnerables a padecer depresión, enfermedades cardíacas, neuronales y cáncer cervicouterino –en mujeres– y gástrico, entre la población en general
“Aunque no hay estudios detallados sobre el impacto económico de los trastornos de sueño en la productividad; en Estados Unidos las pérdidas alcanzan 150 billones de dólares anuales y México no está muy lejos de eso”, finalizó la especialista.
Causas de la falta de descanso y sueño
En una entrevista con Publimetro, la coordinadora de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UAM explicó que los problemas antes señalados tienen cuatro causas principales:
• Primero: sistemas de trabajo donde las personas tienen que rolar o rotar turnos, cuyos efectos impiden la recuperación corporal y la restauración de los sistemas inmune, muscular, cerebral, respiratorio e intestinal. Se calcula que por cada hora recorrida en los horarios habituales de descanso, se requieren 12 horas para adaptarse y no sufrir trastornos.
• Segundo: la exposición a pantallas del celular, tablets, televisión, videojuegos y gadgets antes de dormir; lo cual condiciona al cerebro a permanecer en alerta, sin poder conciliar el sueño reparador.
• Tercero: consumo de sustancias que activan los sentidos o condicionan a las personas a permanecer despiertos y sufrir de insomnio, como el café, té, chocolate, refrescos o alimentos ricos en azúcar.
• Cuarto: deficiencias en la respiración, sobrepeso u obesidad; estas condiciones favorecen los llamados ronquidos y lapsos donde se alteran las etapas del sueño. Estos provocan que la gente despierte, registre sobresaltos o no alcance las etapas donde el cuerpo descansa y repara los procesos vitales.
Pérdida de productividad y poco descanso
Un estudio publicado por la revista científica ScienceDirect advierte que las personas con trastornos de sueño son menos productivas, incumplen sus responsabilidades y abandonan sus tareas.
Además de que aprovechan cualquier distractor –como la interacción en las redes sociales, el correo electrónico o las páginas de música o videos–– para soportar el cansancio, la falta de atención, el estrés y el aburrimiento que sufren al no descansar lo necesario.
Al hacer un desglose por tipo de afectación, la revista indica que los afectados reportan:
• Deterioro general de trabajo o pérdida de productividad de entre 34.7% y 54.6%.
• Absentismo laboral: definido como la ausencia o abandono del puesto de trabajo, incumpliendo con las responsabilidades de su puesto o contrato, con una tasa de 29.8% a 44.5%.
• Presentismo o presenteísmo laboral: condición donde los empleados se encuentran en el lugar físico de trabajo, pero su mente está en asuntos personales, conversaciones en redes sociales, videos, música y correos electrónicos que les ayudan a no quedarse dormidos o combatir la fatiga.
• Estos últimos problemas tienen una incidencia de 23.8% a 36.2%, de acuerdo al tipo de trastorno, edad, personalidad y condiciones individuales de cada afectado.