Su piel es de color roja, tiene barba, cuernos, orejas puntiagudas, cola de dragón, una pata de cabra y la otra de gallo, porta un tridente y a veces alas…¿te suena conocido? Si, es la representación católica del “diablo”, el ángel caído del cielo.
Construido por la Iglesia Católica por siglos como sinónimo del pecado del mal y dueño y amo del informando, el diablo está directamente relacionado con las artes ocultas de la brujería.
El historiador egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Vladimir Martínez, lleva años investigando esta figura tan polémica que en diversas culturas desde hace cientos de años.
El autor de la tesis-libro “Juan Luis y Mantelillos. Los primeros pasos del demonio en el Centro de México (siglo XVI)”, explicó que comenzó a interesarse por el tema de las brujas y la brujería, y se percató que también era necesario entender como se construyó la idea del diablo para comprender de manera más completa este fenómeno.
“La brujería es algo muy específico: tienes que hacer un pacto con el Diablo a cambio de lo que deseas. En el imaginario de la gente están mezclados los conceptos: brujo, chamán, adivino, curandero. Pero la brujería es un fenómeno de la segunda mitad de la Edad Media”, explicó en entrevista con Publimetro.
El conferencista detalló las diferencias entre la magia, la brujería, la santería y la hechicería:
“La brujería es un pacto con el diablo, la santería es la adoración a los santos (cristianos o de raíz africana), la hechicería es la magia con intención de hacerle daño a alguien (un amarre)
y la magia es la creencia en seres invisibles y fuerzas sobrenaturales que uno es capaz de controlar por medio de ciertos ritos; si ocupas esas fuerzas para el mal ya caes en terrenos de la hechicería”, indicó.
Su color rojo fue tomado del dios egipcio Seth, aunque que para el cristiano primitivo era azul; verde para los celtas o teutones; y negro, asociado con el pecado o el infierno ilustrado por la Biblia.
Los tiempos cambian y las culturas se modifican, pero algunos los iconos religiosos permanecen intocables por el arte religioso.
El diablo “ha perdido impacto pero no su significado que sigue vigente en la tele, en el cine, en el arte”, dijo.
Puso de ejemplo su existencia en la danza de los Diablos de Oaxaca, pese a que no es la misma creencia o temor medieval, pero su figura sigue presente. O en el cine de Hollywood o la empresa Netflix existen muchas películas o series sobre el diablo.
El historiador que ha llevado su tesis sobre este personaje religioso a la UAM-Iztapalapa, en UAEMéx, en Oaxaca por el RIFREM, en la UNAM, en la UAT y en BUAP, concluyó que como científico social no existe fisicamente
“Como Historiador te puedo decir que el Diablo no existe real, es una construcción del imaginario la mente es muy poderosa y no dudo que en momentos de cansancio o de oscuridad uno asegure verlo”, sentenció.
Construcción del símbolo del mal en la tierra
La construcción de este contrario de Dios, aunado siempre al binomio Dios-Diablo, llevó cientos de años y ha ido modificándose con el paso del tiempo y la cultura que la adopte.
Sin embargo, los elementos que lo conforman provienen de culturas antiguas retomado por la Iglesia Católica que y utilizado cómo medio de control.
- Los cuernos fueron retomados dio griego Pan, del dios romano Fauno y del dios celta Cernudo.
- El tridente es de la deidad romana Neptuno y del griego Poseidón.
- La barba es del dios egipcio Bes.
- La pata de cabra del dios griego Pan o del romano Fauno
- La pata de gallo de los seres fantásticos judíos Shedim.