Emilio Quintana pertenece a una familia de artesanos de Puebla que elaboran calaveras de azúcar para día de muertos; los moldes y las receta han pasado por cinco generaciones y espera sus hijos continúen la tradición.
Estas figuras dulces no pueden faltar en las ofrendas que cada familia mexicana pone para recibir a sus muertos el 1 y 2 de febrero; sin embargo, su origen se remonta a los árabes, quienes llevaron la técnica del alfeñique a España y con los españoles llegó a México.
En nuestro país se usaron para sustituir a los cráneos que culturas prehispánicas usaban como tributo para los muertos.
Cuartoscuro siguió a Emilio durante el proceso en el cual se trabaja la azúcar para dar como resultado final una de las calaveritas que todo mexicano reconoce y busca cada octubre.
0 of 7