Más allá de una tendencia que gana terreno con las madres del espectáculo, la lactancia materna exclusiva es la forma perfecta para garantizar el crecimiento y desarrollo adecuados de los bebés.
Por eso, cada vez más mujeres deciden dejar a un lado las fórmulas y se dedican, durante los primeros seis meses de vida de su bebé, a dar únicamente teta, sin ningún complemento porque, simplemente, no hacen falta.
Es una tarea agotadora, sí, pero los resultados se reflejan en la salud de niños y adultos que fueron nutridos con leche materna.
Estos son algunos datos que debes saber:
La lactancia debe empezar en la primera hora de vida
La leche materna y el pecho de la mamá se encargarán de proporcionarle al recién nacido la seguridad necesaria. Las primeras gotas de calostro son primordiales para inmunizarlo y nutrirlo, “son claves para su desarrollo neuronal”, resalta Ana Sotillo, pediatra especializada en lactancia materna.
El lactante solo debe recibir leche materna
Ningún otro alimento, bebida (incluyendo el agua) o vitaminas se deben suministrar al niño durante el primer semestre, pues solo necesita la leche de la madre.
Las tomas son a libre demanda
La lactancia debe responder a la necesidad del menor, es decir, tomará teta cuando quiera, por el tiempo que desee, “tanto en el día como en la noche”, señala la OMS.
No usar biberones, tetinas o chupones
Esto es clave para evitar que el bebé adapte su succión a la forma de la tetina, por ejemplo.
Si esto sucede, es posible que se origine la huelga del lactante, que consiste en la negativa del pequeño a tomar teta porque no halla cómo chupar.
La lactancia materna exclusiva previene muchas enfermedades
Los anticuerpos que contiene la leche materna alejan los virus y las infecciones: neumonías, bronquitis, diarreas, infecciones de orina… Al mismo tiempo, son un punto positivo para evitar la obesidad, la diabetes, la hipertensión y algunos tipos de cáncer en la edad adulta.
