Hay un ingrediente que cada vez está llamando la atención de los mexicanos, se trata de un fiambre llamado queso de puerco y que su nombre en nada corresponde con su verdadero sabor. Éste posee cualidades muy nostálgicas, pues ha sido usado por las abuelitas en la preparación de sándwiches, pero pocos conocen su origen y de qué está compuesto.
¿De qué está hecho el queso de puerco?
Este queso que en su preparación no se incorpora ningún tipo de lácteo, es una derivación popular y económica del paté o una gelatina que se consume como embutido. Éste posee en su elaboración residuos o trozos de las partes más blandas o carnosas de la cabeza de cerdo, vaca o ternera, manitas de puerco o corazón.
Y aunque muchos no lo saben el origen de este ingrediente, del que reiteramos no es un queso propiamente,ha sido preparado desde la época medieval, ya que diversos historiadores han señalado que los campesinos lo obtenían luego del proceso de haber limpiado y cocinado las cabezas de cerdo con las que realizaban caldos sin los órganos de estos animales. Como resultado ellos obtenían una cuajada con una consistencia gelatinosa debido a la gran cantidad de colágeno que poseían.
Esto lo hace un alimento potencialmente saludable para el organismo que en diversos países se prepara con diferentes condimentos o especias que incluyen hierbas, vegetales y demás variaciones que lo hacen aún más atractivo para el paladar.
En Alemania, Francia, Austria, Hungría, Cánada y China recibe diferentes nombres e incluye otro tipo de ingredientes, pero conserva su base gelatinosa llena de colágeno y deliciosa para incluir en tortas o tostadas.
En México este queso de puerco puede incluir desde cebolla, ajo, tomillo, pimienta hasta limón vinagre y nuez moscada, todo dependerá de la zona en la que se elabore, pero su utilidad en la cocina sigue siendo la misma, un ingrediente que evoca a la infancia y llena el estómago.
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