Rostros de México, la campaña iniciada por Coppel en abril pasado ha tenido un impacto positivo en quienes han visto los testimonios de miles de mexicanos que luchan diariamente por salir adelante, pues sirven de inspiración para lograr sus propósitos de superación.
Se trata de videos de corta duración, en los que mes a mes conocemos cuatro nuevas historias en las cuales sus protagonistas dan testimonio de como la marca de origen sinaloense ha contribuido a mejorar su vida y cómo la vida mejora sustancialmente cuando se cuenta con el apoyo de los demás.
Al día de hoy se han publicado 16 historias de un total de 32, una por cada estado de la República Mexicana, que van dando cuenta de historias emotivas, sencillas, pero muy humanas que dan ejemplo de que la perseverancia y el éxito se pueden alcanzar para quien se lo proponga.
Conoce las siguientes historias:
El libro de Susi
Guerrero, Azucena Sánchez
Susi se convirtió en madre a los 20 años, no tenia dinero y acondicionó un pequeño salón en casa de sus padres, a decir verdad, solamente era un espejo y una silla, pero esto le permitía ganarse la vida. Después de 14 años se separó de su pareja, así que tuvo que hacerse cargo de los dos hijos que procrearon. Gracias a la tarjeta que le ofreció Coppel, ésta les ayudó a mejorar su vida pues pudo conseguir todo lo que necesitaba para su estética. Un día su hijo le dijo que quería ayudarla y acondicionó la sala para rentar su consola de videojuegos que compró con su tarjeta, la idea fue un éxito, entonces la hija menor también se entusiasmó y quiso participar vendiendo dulces y golosinas para todos los niños que acudían a jugar. Susie se dice orgullosa de la manera en que está educando a sus hijos y ahora tiene en mente un objetivo futuro: escribir un libro.
Un artista, una pintura y unos jeans
Chiapas, Cristóbal Ruiz
Desde que cursaba la primaria, Cristóbal se dio cuenta que le gustaba dibujar montañas, ríos, cielos estrellados y cascadas, así que nunca más dejó de pintar.
Sus padres, profesores rurales, lo llevaron a vivir a San Cristóbal, ahí fue donde le gustó la cultura de Chenalhó porque es de gente muy trabajadora que cargan leña, cosechan maíz y esto lo motivó a dibujar todas estas imágenes que veía en la cotidianidad de la gente, pero se dio cuenta que no podía vivir del arte urbano y se puso a trabajar como maestro rural, igual que sus padres.
Su pasión no la podía dejar, así que un día fue a comprar unos audífonos a una tienda Coppel donde le ofrecieron una tarjeta y así fue que se pudo comprar unos jeans para volverlos a manchar de pintura…el resultado fue un mural para honrar a sus abuelos porque siempre los lleva en sus pensamientos y su corazón.
El Clóset de Filipa
Ciudad de México, Filipa Romero
A pesar de que la vida de Filippa no ha sido tan fácil como hubiera querido, esto la hizo esforzarse más para salir adelante. Supo independizarse, a pesar del abandono de su madre, a la edad de ocho años. Por mucho tiempo trabajó como empleada doméstica y durante ese periodo vio a nacer a nueve niños a los que les proporcionó el cariño que no tuvo en su infancia.
Con el tiempo se dio cuenta que, para salir adelante, hay que darle la vuelta a la página, así que cuando le dieron la tarjeta de Coppel lo primero que hizo fue comprar un clóset porque no tenía donde poner su ropa y sus zapatos.
Un día tocaron a la puerta de su casa: se trataba de su hermana que iba acompañada de su madre. Lejos de recriminarla, le abrió las puertas de su casa en la que se quedó a vivir por 40 años, hasta que murió a su lado.
Filippa confía en que la vida le va a traer cosas mejores porque es una guerrera que va superando todas las dificultades que se presenten en su camino.
Una serenata para mi María Luisa
Veracruz, Nicolás Ventura
Nicolás dice que nació en Buenavista, Alvarado, toca el arpa, tiene un restaurante y que todos le dicen que viste bien. De niño le gustaba jugar cerca del río y ver a los adultos tocar la guitarra y así fue como aprendió.
Cuando su hermano no estaba, tomaba su guitarra y se ponía a tocar los éxitos de sus cantantes favoritos. Un 10 de mayo se le presentó la oportunidad de debutar cuando el músico no llegó al restaurante a amenizar el Día de las Madres y tuvo que tocar durante todo el día; ahí se dio cuenta que si se lo proponía, él podría llegar a tocar muy bien.
Con el paso del tiempo, procuró vestir bien en todas sus actuaciones y a eso atribuye que su esposa María Luisa se haya fijado en él, aunque la conquistó verdaderamente cuando le llevó serenata y le cantó con el alma.
Se hizo dueño de un restaurante al que le pusieron La Palapa del Artista. Nicolás es enfático al decir que sabe muy bien dónde comprar buena ropa pues lleva años comprando ahí y ese lugar es Coppel.
Aún faltan varias historias por contar que den cuenta del orgullo, la belleza y dignidad de los mexicanos todas distintas pero con un denominador común: una empresa que ha creído en ellos y los ha apoyado para convertir sus sueños y anhelos en una realidad que los ha ayudado a mejorar su entorno por completo…¡No te las pierdas!
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