Uno de los inventos más importantes de la humanidad sin duda ha sido la escritura, ya que a través de ella se logran compartir ideas, historias y emociones, las cuales permanecen a lo largo del tiempo y pueden llegar a las personas mucho después de haber sido emitidos los mensajes; incluso tras la muerte de quien haya plasmado sus ideas o sentimientos en un pedazo de papel.
Así hemos podido intercambiar información desde hace miles de años: las leyendas de los pueblos pudieron ser registradas de forma gráfica y prevalecer a pesar del paso de los años; la escritura también permitió el surgimiento de la literatura, y dado lugar a historias fascinantes que han cautivado a millones de lectores.
Hacer esto no sólo requirió tener brillantes ideas, historias y opiniones que necesitaran ser escritas, también se necesitó de una herramienta esencial que ha evolucionado a la par de los avances tecnológicos: la pluma.
Pese a que ahora se puede escribir en la computadora, en el teléfono celular o en otros dispositivos electrónicos –incluso las pantallas táctiles–, las plumas aún son usadas por toda la población sin importar su condición económica o cultural, desde los sencillos bolígrafos que usan los niños en las aulas de clase hasta las plumas de lujo usadas para cerrar importantes negocios.
Una de las más usadas por quienes gustan de escribir a mano, pese a la disponibilidad de recursos tecnológicos, es la pluma estilográfica o pluma fuente.
Este invento desplazó a las antiguas plumas que se tenían que sumergir en tinta cada pocas líneas, gracias a que cuentan con un depósito interno de tinta, que puede ser rellenado las veces que sea necesario; la cápsula abastece de forma constante a la punta, que hace que el flujo no sea excesivo y se mantenga una escritura uniforme.
Además, la disponibilidad de diferentes puntas permite que se pueda escribir con líneas de distinto grosor.
Algunas de las recomendaciones de los expertos para elegir una, más allá de los diferentes costos que pueden encontrarse en el mercado, es el peso total, la plumilla y el punto.
En cuanto al peso, se recomienda que se use con el tapón en la parte superior de la pluma, esto con el propósito de que la mano no ejerza presión excesiva al momento de escribir y se dañe la plumilla y el punto; es decir, que se mantenga un trazo uniforme al momento de usarla.
Además, se debe procurar que la plumilla sea de oro, plata, iridio o de otro metal precioso, pero no con el objeto de considerar que sea una pluma de lujo o cara, sino que estos metales no se oxidan y permiten que su limpieza sea más fácil y remover los restos de tinta sin ningún inconveniente.
En cuanto al punto, se debe considerar que hay diversos tipos, entre los más comunes se encuentran el extra fino, fino y grueso; por lo que quien esté por comprar la pluma estilográfica debe considerar cuál es el grueso de letra que le agrada más.
Las anteriores son características básicas que se deben tener en cuenta para escribir con estilo al usar una pluma estilográfica; algunos de los materiales más usados para su elaboración son resinas y metales y sus precios pueden ser desde pocos cientos de pesos hasta varios miles.
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