Iñaki Domínguez puede presumir que y es uno más de los jugadores mexicanos que militan en España y esto gracias a la oportunidad que le dio el Real Oviedo de la Segunda División y que es propiedad de Carlos Slim.
El mediocampista de 21 años está a muy poco tiempo de hacer su debut con la filial del Oviedo que es el Vetusta de la Tercera División, luego de pasar un par de meses realizando la pretemporada bajo las órdenes del técnico Sergio Egea.
Pero el camino no ha sido fácil, pese a su corta edad, pasó por muchos apuros para demostrar su capacidad o mejor dicho, para que alguien le ofreciera la oportunidad. Empezó su carrera en las fuerzas básicas de Cruz Azul, pero cuando sentía que era momento de dar el salto a Primera División, lo quisieron mantener en Segunda, lo que no aceptó.
Fue Pachuca la escuadra que lo rescató y donde Slim también ha invertido. Le darían la oportunidad de militar en los Coyotes de Tlaxcala, también de Segunda División, pero de un momento a otro salió la oportunidad para enrolarse con el Oviedo: “El Oviedo, que también es de Grupo Carso estaba buscando jugadores mexicanos con nacionalidad española, me dijeron que si quería hacer la prueba y les dije que sí”.
“La pasé mal en el draft porque no había agarrado equipo y pensé que iba a estar sin jugar sin meses. Me salió mejor al final. Ahí fue cuando se acercó Grupo Pachuca a preguntar por mí para ir a Coyotes Tlaxcala. Era un proyecto diferente; ahí (en Pachuca) sí se fijan bastante en la Segunda División. Villalpando jugaba en Segunda y fue a dar al primer equipo y ahora está en Tigres. Era un buen lugar para crecer. Si hacía un buen papel podía ir a Pachuca o a León [equipos donde Grupo Carso es accionista]; o a Primera A con Mineros…”, relató a ESPN.
Domínguez reveló que cuando estaba por instalarse en Tlaxcala su vida dio un vuelco importante y no se arrepiente de las decisiones que ha tomado junto con su familia: “¡Mis papás me querían matar! Los estaba volviendo locos. Un día antes estábamos en Tlaxcala viendo casas, conociendo estadio y ciudad. Era un hecho que me iba a jugar a Tlaxcala. El domingo en la mañana me levanto y me dicen que me quieren aquí (Oviedo); y les digo en ese momento ‘me voy a Oviedo’… me querían matar”.
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