El saldo no fue blanco en cuanto a incidentes esta noche durante el Pachuca-Pumas.
A pesar de que la Liga MX había prohibido la presencia de porras visitantes en la Liguilla, un acuerdo entre Directivas permitió la llegada del grupo de animación auriazul, no sin consecuencias.
Desde el ingreso de las barras hubo tensión entre fanáticos visitantes y policías.
Ya en el partido y luego de un primer tiempo en el que la barra felina opacó con cánticos al público local, los empujones y golpes no tardaron al medio tiempo.
Ello derivó en el ingreso de la Policía a la zona donde se ubicó la porra Orgullo Azul y Oro, que fue desalojada sin la necesidad de que los elementos de seguridad utilizara la fuerza, salvó el “Apúrense cabrones” de algunos de los Policías hacia los barristas en los pasillos antes de abandonar el inmueble.
Estos seguidores fueron escoltados por elementos de seguridad hasta el estacionamiento, donde emprendieron el regreso para evitar un enfrentamiento al percatarse que afuera habían decenas de barristas.
Uno de los encargados del operativo de desalojo aseguró que los aficionados rijosos fueron grabados y que habían pateado automóviles a su salida, además de que le rompieron los cristales a una patrulla.
Según aficionados que presenciaron a escasos metros los golpes en las gradas, el incidente se debió a que la mencionada barra fue ubicada junto a la “Rebel”, con la que traen “pique”.
Pumas le robó el triunfo a los Tuzos
