Por primera vez en muchos años no hubo tambores ni trompetas, y los cánticos apenas eran audibles en el Estadio Azul, donde la cabecera local lució semivacía.
Después de que la Directiva subió los precios de los boletos en esa zona del inmueble, la cantidad de seguidores que pertenecían a la barra La Sangre Azul y que se ubican ahí, disminuyó notablemente.
Incluso, previo al juego entre Cruz Azul y Tigres, algunos celestes mostraron una manta de protesta que decía: “Los precios matan la pasión, un futbol por y para toda clase social”.
Ya en el inmueble, el grupo de La Sangre que pagó su boleto se ubicó en la zona general, cerca de la pizarra electrónica, donde cantaban: “Cruz Azul es un sentimiento”.
Los precios para el partido ante Tigres fueron de 140 pesos para las zonas General y Cabeceras, y de 230 pesos en la zona Dorada.
Para remediar la ausencia de cánticos y tambores, el sonido local utilizó varios sonidos durante el partido de la Fecha 13.
Antes del cotejo, la seguridad fue más estricta, sobre todo en las zonas donde solían reunirse los aficionados del cuadro cementero.
Estas son las medidas que ha tomado la Directiva celeste contra la barra que hace unas semanas ingresó sin permiso a las instalaciones del club para encarar al equipo celeste por su pobre desempeño.
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