Guanajuato

Cosecha en casa, una apuesta para sobrellevar el confinamiento y respeto a la Tierra

Victoria ha podido cosechar en su casa de jitomates, rábanos, limones, ajos hasta zanahorias. Para ella los huertos urbanos van desde el ahorro hasta mayor respeto a la Tierra.

Cortesía: Victoria Ovando. Los huertos urbanos pueden servir como una alternativa de ahorro y terapéutica.

Victoria Ovando comenzó en el 2015 a cosechar sus propias frutas y verduras, actividad que paró por un tiempo, pero a causa de la pandemia retomó a manera de terapia para lidiar con el confinamiento.

Desde abril de 2020 comenzó con la siembra de jitomate, rábano, ajo, albaca; entre otros. El sabor de un alimento orgánico, señala, tiene una marcada diferencia a los productos que se pueden encontrar en el supermercado.

“Son de mucha más calidad, porque si pruebas un tomate de mercado el sabor es mucho menos intenso y mucho menos jugoso que un orgánico, entonces sí son de mayor calidad”, explicó.

En un pequeño espacio adaptado en su casa, Victoria ha podido cosechar una gran variedad de alimentos. Cortesía: Victoria Ovando.

Además de los beneficios para sus recetas y terapéuticos, señala que esta actividad permite comprender de mejor manera el proceso desde la siembra hasta la cosecha, lo que implica un mayor respeto a la Tierra y menor desperdicio de los productos.

Para Victoria, desde las políticas públicas se debería impulsar este tipo de proyectos, porque si bien explica, su impacto positivo en el medioambiente es mínimo, puede ayudar a reducir el volumen de basura como plásticos y desperdicio.

“El cambio es sistémico, pero si se volviera masivo, creo que impactaría al medioambiente positivamente para no tener este consumo de plásticos innecesarios; porque utilizamos una bolsa chiquita para los alimentos y otra para meter esos alimentos y además desperdiciamos combustibles (…) creo que sin duda esto beneficia al medioambiente y ojalá fuera algo más grande”, señaló.

Según relata Victoria, el sabor de los productos orgánicos es mejor que el de los alimentos que se pueden encontrar en un supermercado. Cortesía: Victoria Ovando.

Además de la reducción de costos en la compra de alimentos y generación de basura, estos huertos urbanos contribuyen a reducir los impactos de calor sobre todo en zonas donde la vegetación o el arbolado es escasa, según explica la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

“Son un modelo que generan condiciones favorables para amortiguar los cambios bruscos de temperatura, dar refugio a especies nativas, capturar carbono, cosechar agua, reciclar materia orgánica y disminuir el uso de energía fósil para la producción y transporte de alimentos”, explicó la dependencia federal en su programa de apoyo a los huertos urbanos en el país.  

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) informó desde el 2020 que la agricultura urbana debe ser incentivada por gobiernos de las diferentes naciones como una alternativa de abastecimiento alimentario.

En el contexto de la pandemia, la oficina de representación de la FAO en México promovió la generación de estos espacios en las urbes del país para contribuir a la suficiencia alimentaria y a reducir la movilidad social.

“Los huertos urbanos pueden generar una producción incluso 15 veces más grande que la que puede obtenerse de una finca rural. De acuerdo con datos de la FAO, en un metro cuadrado en una hortaliza se pueden obtener hasta 20 kilogramos de alimento al año”, informó el organismo internacional.

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