Tupátaro se localiza en el Municipio de Huiramba, (a unos 40 minutos de la capital del estado) y su población se beneficia con la afluencia turística que atrae su maravilloso templo y también atrae a muchas personas al ubicarse dentro de la cuenca del Lago de Pátzcuaro, una zona conocida por sus tradiciones y costumbres. Este poblado es visitado por un promedio de 16 mil personas anualmente, entre turistas nacionales y extranjeros.
La carretera 14 (Morelia- Pátzcuaro) es la vía más conocida y la que utiliza el turismo, los lugareños, el transporte colectivo (Cuanajo-Pátzcuaro-Cuanajo) y los autobuses con servicio de segunda que hacen el recorrido Morelia-Pátzcuaro desviándose hacia los pueblos más próximos en esta carretera que une ambas ciudades.
¿Pero qué tiene Tupátaro que encanta a las personas? Aquí te dejamos 5 motivos por los cuales debes visitar un fin de semana este maravilloso lugar:
1.- Su Templo de Santiago Apóstol: También conocido como “La capilla Sixtina michoacana” por su belleza y artesonado del siglo XVIII, con decorados de madera de origen árabe y particular estilo. En la ornamentación predomina el color dorado que se mezcla con las imágenes de temas como la Pasión de Cristo, representada por arcángeles o la coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad.
2.- Su comida los fines de semana: Tupátaro también es conocido por su deliciosa comida que venden los fines de semana a los alrededores del Templo, desde quesadillas fritas, gorditas, tacos, aguacatas, hasta platillos como el delicioso mole, enchiladas, pescado frito y mucho más. Personas de todo el estado y hasta extranjeros, se dan cita los domingos para disfrutar de sus ricos platillos y convivir con la familia.
3.- Su taller de Caña de Maiz: De reciente incorporación, en Tupátaro existe un Taller de Rescate de Técnicas y Oficios de la Caña de Maíz, conducido por ‘Pedro Dávalos Cotonieto’, reproductor y restaurador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, para la creación de relieves y esculturas con caña de maíz y técnicas coloniales cuyo fruto es una artesanía preciosista escasamente conocida. La producción de relieves y esculturas de diversas dimensiones empieza a configurar un rostro productivo diferente de la localidad.
4.- Su Atrio: La construcción del templo fue impulsada por Don Diego Fernández y Villegas, un clérigo criollo nacido en Pátzcuaro, sitio del cual fue cura en 1721. El clérigo promovió la construcción del Templo de Tupátaro siguiendo la tradición de las técnicas constructivas locales, al mismo tiempo que impulsaba la devoción regional del Señor del Pino. Alrededor de la imagen religiosa se había organizado una hermandad conocida como “Nuestro Señor Jesucristo del Pino”, un crucifijo “milagroso” que había sido descubierto mientras un campesino hachaba un árbol de dicha especie para obtener leña, se dice que el cristo se halló con la cruz y los clavos perfectamente labrados. La pieza ya no existe, pero a mediados del siglo XVIII dio notoriedad a Tupátaro.
5.- Su comunidad y calles limpias: La mayoría de las personas originarias de la comunidad de Tupátaro, han emigrado a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, pero cabe destacar que los que aún viven en la población orgullosamente mantienen limpias sus calles. Tupátaro se esmera por revivir sus tradiciones que con el paso del tiempo se habían ido quedando en el olvido, y es por eso que cada vez se admiran más los colores y vestimenta purépecha en sus fiestas patronales.
Así que ya sabes, si no tienes a dónde ir este u otro fin de semana, visita los grandiosos lugares que el estado de Michoacán te regala. ¡Conoce tu estado!
Por: Polette Medina