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A raíz de sufrir violencia intrafamiliar, la Mujer Vampiro comienza a tatuar su cuerpo y ahora lleva su mensaje a las mujeres que enfrentan este problema. La tatuadora y abogada está de visita en Monterrey en la Expo Tatuaje su cuerpo, su historia.
A cualquier lugar al que llega, las miradas persiguen a María José Cristerna, conocida como la Mujer Vampiro. Ser víctima de la violencia familiar la llevó a comenzar a escribir su historia en su propio cuerpo y con esto llevar un mensaje a todas las mujeres que sufren esta situación.
¿Cuántos tatuajes llevas en tu cuerpo?
— El 96% de mi cuerpo está tatuado, avalado por un médico.
¿Qué es lo más reciente que te has hecho?
— Ahora traigo más implantes en la cabeza, cinco de cada lado y mi médico me va a poner unos cuantos más. Tengo el Récord Guinness como la mujer más modificada del mundo, una estatua que me otorga Ripley y están por salir otras cuatro figuras más, estoy haciendo muchas cosas y peleando en contra de la violencia familiar.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de tatuarte?
— Empecé a los 14 años, fue el logotipo de una banda de rock, a los 18 años me involucro más en el tatuaje y la pintura. Me caso muy joven, no funciona, es un desastre, los golpes, presión psicológica pero logré salir de ello y mi mensaje en la vida es decirle a las mujeres que siempre hay una luz. No pueden quedarse ahí, no es bueno ni para sus hijos ni para su vida.
¿Es cierto que cuando empiezas a tatuarte ya no paras?
— De alguna manera te enamoras del arte y quieres más perfección en ti. Uno llega hasta donde uno quiere, no deben tomarlo como un vicio sino como algo muy importante en tu vida.
¿Cómo decides hacer cada uno de ellos?
—Cada uno cuenta toda mi historia, buena o mala, es como un libro. He preferido hacer en mi cuerpo surrealismo porque la fantasía es menos dolorosa cuando la realidad es muy fuerte.
¿Te gusta que te llamen la Mujer Vampiro?
—Al principio me molestó enormemente porque yo nunca me autodenominé de ninguna manera. Odio los apodos porque soy una mujer muy formal, me considero muy correcta, soy abogada. Con el tiempo la Mujer Vampiro ha atraído muchas cosas, se le han abierto muchas puertas en el mundo, ha levantado la voz y ha dicho que en México hay violencia intrafamiliar, que tenemos problemas pero que las mujeres no somos tontas y estamos saliendo adelante, ya adopté ese nombre.
¿Cómo es tu rutina diaria?
—Tengo cuatro hijos, todos adolescentes, una de 15, 13, 12 y 10, mi labor es muy temprano, llevar a los niños a la escuela, desayuno con mi marido, pinto, soy muy hogareña, me encanta estar con mi familia. Soy una mujer como cualquiera de hoy en día que trabaja y cuida a sus hijos.
¿Cómo duermes, te quitas los piercings?
—Todo es quirúrgico, me acostumbré, no tengo problema, hasta se me olvida que traigo todas estas cosas.
¿Cuál es la labor que deseas que trascienda?
— Estoy tratando de hacer un trabajo social, que es mucho mejor que defender a una sola persona. Cuando una mujer sobrevive a la violencia tiene que darle la mano a otras personas y no ser egoísta. Esto es una epidemia social y mundial.
¿Qué tatuaje te falta por hacer?
—Estoy casi al límite, por el momento no tengo prisa en otro. Todos mis tatuajes tienen un valor infinito para mí.
¿Tus hijos te han puesto reglas?
—Ninguna, soy una mamá con otro tipo de moda, veo la belleza de otra forma. Ellos me apoyan mucho.
¿Qué planes vienen?
—Seguir apoyando el tatuaje en México para que haya más apertura.
Estoy a favor de la no violencia y seguiré por este camino.
Cuando te ves al espejo, ¿cuál es el tatuaje que sigue sorprendiéndote?
—El de la cara y el de mis hijos tienen un valor importante, es lo primero que veo. En mi rostro tatué estrellas, por la pérdida de mi madre, con eso no olvido que es un pilar importante.
La frase
“Duré 10 años sufriendo violencia intrafamiliar, cuando logré salir de ello fue como escribir un libro. Yo que me dedico al tatuaje y a la pintura, qué mejor que agarrar mi cuerpo como lienzo y modo de expresión”.
