Desde los tiempos de la Inquisición, la tortura ha sido el castigo impuesto a quienes cometen alguna falta, o un método de represión para obtener información.
Actualmente, ante la creciente ola del narcotráfico, dicha práctica se ha convertido en un proceso “de rutina” ejecutado por los cuerpos de seguridad, principalmente de la Policía Ministerial.
Toques eléctricos, tablazos, asfixia, golpes, vendas en los ojos, quema de diversas partes del cuerpo y los genitales, esposas en pies y tobillos, son sólo algunos de los actos asentados en los expedientes publicados por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en los que presuntas víctimas se quejan de actos crueles e inhumanos por parte de los agentes ministeriales.
En los pasillos de la CEDH, las versiones de que las torturas han subido de tono se incrementan, además, una fuente reveló a Publimetro que está pendiente de publicarse una recomendación para la Procuraduría General de Justicia, en donde se presume que los agentes ministeriales utilizan alacranes para amedrentar a los detenidos, además de exponerlos a sonidos excesivamente altos que afectan los tímpanos, métodos nunca antes vistos en la entidad.
Aunado a la recomendación, que sigue sin publicarse en el portal de la dependenci a, el informe anual correspondiente a 2012 está a días de ser presentado, en donde se incluirá el apartado de tortura. Se estima que el informe indique que entre 2011 y 2012 se han registrado más de 120 casos de tortura de parte de la Policía Ministerial, donde en el 70% se procede con tratos inhumanos, crueles y degradantes, esto sin contar la violencia física en los procedimientos.
De las 31 recomendaciones publicadas y fechadas en 2013 por la CEDH, en la mayoría se denuncian actos de tortura. También salen a relucir expedientes que datan de 2010 y tres años más tarde son publicados como recomendación, en donde la dependencia señalada tiene un lapso de tiempo para reconocer o descartar su responsabilidad. En los casos de aceptar, deben de reparar el daño a las víctimas y ofrecer apoyo físico y psicológico.
Ante la prevalencia de casos de tortura, Consuelo Morales, titular de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (Cadhac), externó su preocupación por el tema.
“Si no se hace un trabajo de inmediato para limitar esto, realmente crecerá la cantidad de gente que está siendo torturada permanente con la quema de sus genitales, de las plantas de los pies, tablazos, asfixias, colgados. Estamos llegando a niveles insostenibles, la cantidad de casos que hemos recibido nos alarma y preocupa”, agregó.
Cadhac ha recibido en lo que va del año 74 solicitudes de apoyo, de las cuales, 39 obedecen a la tortura y los casos pueden incrementarse, pero por miedo a la denuncia, quedan en el anonimato.
“Estamos en una situación grave y delicada, donde las autoridades y la ciudadanía debemos de poner atención para detener la tortura. Se debe capacitar para que los ministeriales verdaderamente hagan una investigación técnica y profesional, abandonar comp letamente la tortura”, finalizó.