El accidente que tuvo el monarca español durante una cacería en Botswana provocó el debate sobre qué tan aceptable es la caza mayor.
Asimismo, las críticas no se hicieron esperar en las redes sociales que señalaban la “desconexión” de la Casa Real con la realidad económica del país y cuestionaban la ética de la cinegética (como también se conoce a la caza), al señalar que el elefante africano es una especie amenazada.
Botswana es uno de los pocos países africanos donde la caza de elefantes está permitida bajo licencia, entre primavera y otoño.
También están liberadas otras piezas de caza mayor, como jirafas, zebras, jabalíes y antílopes de distintas variedades, previo pago de las tarifas correspondientes.
Son actividades reguladas, en un país donde la población de elefantes no se encuentra en particular riesgo; pero la afición del rey -quien es patrón de diversas organizaciones de conservación y protección del medio ambiente- no cayó en gracia entre quienes consideran sádico matar animales por diversión.
