El papa Benedicto XVI anunció el lunes de forma sorpresiva que dimitirá al cargo el 28 de febrero, con lo que será el primer pontífice en hacerlo en casi 600 años.
La decisión sentó las bases para un cónclave en el que se elegirá un nuevo Papa antes de finales de marzo. El Papa, de 85 años de edad, anunció su decisión en latín durante una reunión de cardenales en el Vaticano lunes por la mañana.
“Después de haber examinado mi conciencia varias veces ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi edad avanzada, ya no son apropiadas para un ejercicio adecuado del ministerio de San Pedro”, dijo Benedicto XVI a los cardenales.
“Estoy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual en esencia, debe llevarse a cabo no sólo con palabras y hechos, pero no menos con la oración y el sufrimiento”, agregó.
“Sin embargo, en el mundo actual, sometido a tantos cambios rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, con el fin de dirigir la barca de San Pedro y proclamar el Evangelio, son necesarios tanto la fuerza de la mente como la del cuerpo, elementos que en los últimos meses se han deteriorado en mí, a tal grado que debo reconocer mi incapacidad para continuar adecuadamente el ministerio que me fue confiado”, añadió.
El último Papa que dimitió fue el papa Gregorio XII, quien renunció en 1415 como parte de un acuerdo para poner fin al Gran Cisma de Occidente entre varios papas que se disputaron la autoridad pontificia. Benedicto XVI afirmó que su decisión es “de gran importancia para la vida de la Iglesia”.
El anuncio establece el escenario para que el Vaticano celebre un cónclave en el que se elegirá a un nuevo Papa a mediados de marzo, ya que no será necesario respetar el tiempo de luto tradicional que se guarda cuando muere un Papa.
Hay varias figuras de la Iglesia Católica que aparecen como candidatos papales, pero ninguno es uno obvio como fue el caso de Benedicto XVI, quien fue elegido Papa en 2005 después de la muerte del papa Juan Pablo II.