La evacuación del vuelo 214 de Asiana Airlines empezó mal. Aun antes de que el jet averiado empezara a llenarse de humo, dos toboganes inflables de evacuación en las puertas se inflaron dentro de la cabina, en vez de fuera, aplastando a dos azafatas contra el piso.
La directora de cabina Li Yoon-hye, al parecer la última persona que salió del avión en llamas, dijo que los miembros de la tripulación tajearon los toboganes con hachas para rescatar a sus colegas, una de las cuales parecía estar ahogándose debajo del peso de uno de los toboganes.
Li describió el domingo varios momentos dramáticos durante la evacuación que salvó a 305 de las 307 personas a bordo del avión que se estrelló el sábado al aterrizar en San Francisco.
Una azafata se colocó en la espalda a un niñito asustado y se deslizó por un tobogán, dijo Li, en las primeras declaraciones de un miembro de la tripulación desde el accidente del Boeing 777.
Un piloto ayudó a una azafata herida a salir del avión después que salieron los pasajeros. Li logró apagar llamas y ayudar a los pasajeros a escapar del avión pese a haber padecido la fractura del coxis. Dijo que no supo la magnitud de su herida hasta que fue tratada en un hospital de San Francisco.
No estaba en claro si la inexperiencia del piloto con el modelo de avión y el aeropuerto tuvieron que ver con el accidente y los expertos investigaban si los equipos del aeropuerto o del avión pudieron haber fallado.
Funcionarios de aviación y de la aerolínea dijeron que aunque el piloto había volado un Boeing 777 nueve veces —por un modesto total de 43 horas— era la primera vez que aterrizaba el enorme jet en San Francisco. Los investigadores dijeron que se dio cuenta de que volaba demasiado bajo y demasiado despacio cuando trató infructuosamente de abortar el aterrizaje y volver a elevarse.
Li, de 40 años, con casi 20 años de experiencia en Asiana, dijo que se dio cuenta segundos antes del impacto que algo andaba mal.
“Justo antes de tocar tierra sentí que el avión trataba de despegar de nuevo. Me dije ‘¿qué está pasando?’ y enseguida oí un golpe”, recordó Li. “Ese golpe me pareció más duro que un aterrizaje normal. Fue una intensa conmoción. Después hubo otra conmoción y el avión viró a la derecha y la izquierda”.
Li agregó que cuando el capitán ordenó una evacuación supo qué hacer. “Realmente no estaba pensando, pero mi cuerpo empezó a tomar las medidas necesarias para una evacuación”, prosiguió. “Solo pensaba en rescatar al pasajero siguiente”.
Cuando Li vio que el avión se incendiaba, mantuvo la calma. Agregó que fue la última persona en salir del avión después de revisar si alguien había quedado adentro.
El forense del condado de San Mateo, Robert Foucrault, dijo que dos personas murieron: dos muchachas estudiantes chinas de 16 años a quienes hallaron afuera del avión.
Más de un tercio de las personas a bordo no necesitaron hospitalización y solo unas pocas resultaron heridas de gravedad.
La jefa de bomberos de San Francisco, Joanne Hayes-White, elogió a Li, con quien habló justo después de la evacuación.
“Ella tenía tal presencia de ánimo que pensé que venía de la terminal”, dijo Hayes-White a la prensa en un video en YouTube. “Ella quería asegurarse de que todos estuvieran bien… Fue una heroína”.
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