Confinado al sótano de una prisión secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Rumanía hace unos diez años, Jalid Sheij Mohamed, el autor intelectual confeso de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 e ingeniero mecánico, preguntó a sus carceleros si le permitirían embarcarse en un proyecto inusual: diseñar una aspiradora.
El funcionario de la agencia a cargo de la prisión llamó a la sede de la CIA, y un director aprobó la solicitud, dijo un ex directivo de la CIA a The Associated Press.
Mohamed había sufrido el más brutal de los duros métodos de interrogatorio de la CIA y confesó una serie de atrocidades. Pero la agencia no tenía un plan a largo plazo para él. Algún día, podría resultar útil. Tal vez, incluso sería juzgado un día. Y para eso, tenía que estar cuerdo.
“No queríamos que se volviera loco”, dijo el ex funcionario de la CIA, uno de varios que habló a condición del anonimato porque no está autorizado a hablar de las prisiones de la CIA, ahora cerradas, o el interés de Mohamed en las aspiradoras.
Así que usando esquemas de internet como guía, Mohamed empezó a modificar la ingeniería de uno de los electrodomésticos más cotidianos.
El que la CIA posea uno de los planos de aspiradora más clasificados del mundo es un subproducto peculiar y duradero del controvertido programa estadounidense de detención e interrogatorios.
De acuerdo con la propia CIA, los métodos del programa fueron “diseñados para dislocar psicológicamente” a las personas. Pero una vez que los interrogatorios pararon, la agencia tuvo que tratar de reparar el daño psicológico infligido a los detenidos.
La CIA aparentemente logró mantener Mohamed cuerdo. Parece estar en buen estado de salud, según los registros militares.
A otros no les ha ido tan bien. Los terroristas acusados de al-Qaida Ramzi Binalshibh y Abd al-Nashiri, que también estuvieron detenidos en Polonia y Rumania con Mohamed, han tenido problemas mentales. Al-Nashiri sufre de depresión y trastorno de estrés post-traumático. Binalshibh está recibiendo tratamiento para la esquizofrenia con una gran cantidad de medicamentos anti-psicóticos.
“Se sabe que cualquier tipo de aislamiento prolongado en prisión, máxime en las circunstancias que se describen en la prensa, tiene un fuerte impacto en la condición mental del detenido”, dijo Thomas Durkin, el ex abogado civil de Binalshibh. Durkin se negó a discutir el caso de Binalshibh.
Mohamed fue sometido a duros interrogatorios en Polonia. Funcionarios y contratistas de la Agencia lo obligaron a permanecer despierto durante 180 horas, según un informe del inspector general de la CIA. También fue sometido a 183 simulaciones de ahogamiento.
Cuando la prisión de la CIA en Polonia fue cerrada en septiembre de 2003, Mohamed fue trasladado a Bucarest, a un lugar conocido como “Britelite.” Pronto, la CIA estaba tratando de encontrar maneras de entretener a Mohamed conforme su valor para la inteligencia estadounidense disminuía.
Allí, encadenado al suelo, Mohamed hablaba a los funcionarios de la CIA sobre su camino a la yihad, infancia y familia. Durante las sesiones se servía té y galletas.
Junto con los otros cinco detenidos en la cárcel de Bucarest, Mohamed recibía tareas sobre su conocimiento de al-Qaida, o “deberes”, como los llamaban los agentes de la CIA. Y le daban barras de chocolate Snickers como recompensa.
En Rumania, la prisión proporcionaba a los detenidos libros para leer. A Mohamed le gustaba la serie de Harry Potter. Por razones de seguridad, después de que un prisionero terminaba de leer un libro, oficiales lo revisaban minuciosamente para asegurarse de que los detenidos no se pasaran mensajes. Una vez sorprendieron a Mohamed advirtiendo a sus compañeros de prisión en el libro no hablar sobre el mensajero de Osama bin Laden.
Mohamed se graduó como ingeniero mecánico de la North Carolina AT&T State University en 1986. La CIA no quiso hablar sobre los planos de la aspiradora de Mohamed. Sigue siendo un misterio cuán lejos llegó Mohamed en sus diseños o si aún existen los planos. La prisión secreta de la CIA en Rumania fue cerrada a principios de 2006 y Mohamed fue transferido más adelante ese año a la prisión estadounidense en la base naval de Guantánamo, en donde permanece.
La AP solicitó a la CIA copias de los diseños de aspiradora o cualquier registro del gobierno sobre ellos bajo la Ley de Libertad de Información. La CIA respondió en una carta a la AP que los registros, “en caso de que existan”, se consideraría archivos operativos de la CIA, una de las categorías más clasificadas de los archivos del gobierno, y por lo tanto exentos de que alguna vez salgan a la luz.
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