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CIA reconoce existencia del Area 51, pero sin OVNI

Los aficionados a los OVNI y los que creen en los encuentros con extraterrestres están celebrando que la CIA haya reconocido la existencia del Area 51, el polígono secreto de pruebas de la Guerra Fría que ha sido objeto de elaboradas teorías conspirativas desde hace decenios.

Documentos recientemente desclasificados han alborotado a los que gustan de usar sombreros de papel de aluminio, aunque en los papeles dados a conocer no se mencionan accidentes de OVNI o simulacros de alunizaje.

Audrey Hewins, una mujer de Oxford, Maine, que dirige un grupo de apoyo para personas como ella, quienes creen que han sido contactados por extraterrestres, dijo que sospecha que la CIA avanza hacia la revelación de que hay seres de otros planetas en la Tierra.

“Creo que probablemente estén probando las aguas para ver cómo se molesta la gente con la mentira”, dijo.

Durante mucho tiempo, funcionarios federales se han mostrado reacios a reconocer siquiera la existencia del Area 51.

La historia de la CIA dada a conocer el jueves no sólo menciona el Area 51 por su nombre y describe algunas de las actividades aeronáuticas que se desarrollaron allí, sino que ubica la base de la Fuerza Aérea en un mapa, a lo largo del Lago Groom, que está seco.

También menciona algunos aviones avanzados, pero ninguno en forma de platillo volador.

El Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington hizo una solicitud de información de archivos públicos para obtener la historia de la CIA sobre uno de los proyectos más secretos del Area 51 durante la Guerra Fría, el programa del avión espía U-2.

Jeffrey Richelson, investigador del Archivo de Seguridad Nacional, primero revisó la historia en 2002, pero todas las menciones de la base militar más secreta del país habían sido eliminadas. Así que lo volvió a solicitar en 2005, esperando recibir más información. Así fue, y hace unas semanas le llegó una versión con las menciones incluidas.

Es poco probable que el informe ponga fin a las teorías conspirativas. El documento de 407 páginas tiene muchas partes censuradas y ¿quién puede decir que no se trata de hombrecitos verdes?

Desde el U-2 en los años 50, la base ha sido un polígono de pruebas de varios aviones ultrasecretos, entre ellos el avión espía SR-71 Blackbird, el caza furtivo F-117A y el bombardero furtivo B-2. Algunos creen que en los hangares de la base se guardan vehículos extraterrestres, pruebas del “incidente de Roswell” —el supuesto accidente de un OVNI en Nuevo México en 1947— y cuerpos de habitantes de otros planetas.

El informe menciona que “una consecuencia inesperada” de los aviones que vuelan a gran altura fue “un tremendo aumento en los reportes de objetos voladores no identificados”. El informe señala que los aviones U-2 y Oxcart, que vuelan mucho más alto de que lo que los civiles pensaban que era posible, representan la mitad de los avistamientos de OVNI durante las décadas de 1950 y 1960.

Y era de esperar que la CIA dijera eso, afirmó Stanton Friedman, de Canadá y quien se describe a sí mismo como ufólogo.

“La idea de que el U-2 explica más avistamientos es una tremenda mentira”, dijo. “¿Puede el U-2 detenerse en el aire? ¿Puede hacer un giro de 90 grados en medio del cielo? ¿Puede despegar de la nada? El U-2 no puede hacer nada de eso”.

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