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De acuerdo con la asociación norteamericana, Orangutan Conservacy, estos animales son uno de los parientes más cercanos que tiene el ser humano, teniendo la capacidad de razonar y pensar y compartiendo casi el 97% del ADN con el hombre. En Indonesia y Malasia suelen llamar a este simio “hutan orang” que se traduce como “persona de la selva”.
Según la organización, se sabe que la prostitución sexual de este animal continúa siendo una práctica común en Asia. Hace algunos años, en entrevista para la revista Vice, Michelle Desilets, directora de la Fundación Borneo Oraguntan Survival (BOSF, por sus siglas en inglés) contó lo que vivió Pony, una orangután que era esclava sexual en un pueblo de Indonesia. Esta es su historia.
Esta orangután fue encontrada encadenada a una pared acostada en un sillón; había sido afeitada de todo su cuerpo en un prostíbulo de un pueblo llamado, Keremgpatngi, en Indonesia. Desilets explica que “fue educada para ponerse de espaldas y empezar a hacer movimientos si un hombre se le acercaba”. Pony fue rescatada a la edad de seis o siete años.
Su “dueña” se negaba a liberarla po que la orangután formaba gran parte de sus ingresos ya que a todos su clientes les había encantado. Además de que servía también como oráculo adivinando los números ganadores de la lotería.
La activista señala que algunos clientes visitaban especialmente el lugar para tener relaciones sexuales con la orangután. “Era la novedad para muchos hombres” explicó. Tenía infecciones fuertes porque se rascaba constantemente los piquetes de moscos que aparecía luego de que la rasuraban cada 2 días.
Tomó un año rescatarla porque cada que aparecían con policías, los aldeanos locales se resistían a renunciar a ella. “Nos amenazaban con pistolas y cuchillos. Al final, con la ayuda de 35 policías armados con fusiles AK-47, entregaron a Pony” detalló la directora.
El rescate de Pony fue grabado por la televisión local y según, Michelle Desilets, se podía escuchar como la “dueña” lloraba histérica gritando: “Se están llevando a mi bebé, no me pueden hacer esto”. Al final no hay ley en Indonesia que castigue este tipo de prácticas. Hasta 2012 se calcula que sobrevivían unas 40 mil especies de orangutanes.
