En 10 años, el Senado de la República gastó casi 100 millones de pesos para blindar el interior de sus instalaciones y evitar el ingreso de cualquier tipo de artefactos que pudieran poner en riesgo la integridad de los legisladores federales.
Según datos obtenidos por Publimetro vía Ley General de Transparencia, durante este periodo no se presentó ninguna amenaza de bomba; sin embargo, esto no fue impedimento para que la Cámara alta incrementara anualmente los recursos bajo este rubro.
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De manera aislada se presentó el caso que denunció la senadora por Morena Citlalli Hernández Mora, quien presuntamente fue víctima de un libro-bomba en su oficina, y en donde no resultó lesionada.
A decir de especialistas en seguridad, el gasto para blindar el recinto legislativo federal fue excesivo, ya que hasta la fecha sólo se ha presentado un altercado de esta naturaleza, por lo que ven opacidad y nula rendición de cuentas en la aplicación de este recurso millonario.
La situación toma relevancia, debido a que, desde 2008, los senadores mantienen sin criterios claros un gasto al alza en partidas presupuestales, donde inicialmente destinaron una bolsa de cinco millones de pesos, un año después se aprobaron ocho millones, en 2010 la cifra se elevó a 15 millones.
En tanto, los tres años posteriores: 2011, 2012 y 2013, erogaron una suma de 33 millones de pesos, es decir, cinco millones más en comparación al lapso anterior.
Y aunque en este periodo no se registraron ataques o amenazas de bomba, los senadores continuaron con el derroche de recursos públicos, toda vez que asignaron un presupuesto superior a los 40 millones de pesos en los cinco años posteriores.
Armando Gómez Hernández, especialista en seguridad nacional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), calificó como un dispendio lo que se consumió en el Senado, ya que ningún Congreso o autoridad suma una cantidad similar.
Detalló que pese a la envergadura y responsabilidad que conlleva representar un escaño en la Cámara alta no se justifica un despilfarro de capital, cuando hay otro tipo de medidas más eficaces y menos costosas para mejorar la seguridad y evitar cualquier tipo de ataques.
Cámaras y detectores de seguridad
A través de solicitudes de información el Senado respondió que la compra que realizó para reforzar su seguridad –tanto al interior como al exterior del inmueble– fue para hacerse de mobiliario como videocámaras de seguridad, detectores de armas, sistemas de circuito cerrado y contratación de personal.
Este diario solicitó el número de amenazas de bomba que se registraron de 2000 a 2018, además de especificar cuántas de éstas resultaron falsas y si fue necesario evacuar el edificio; sin embargo, la autoridad respondió que no hubo un solo un incidente de esta naturaleza.
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“Derivado de la búsqueda exhaustiva en los archivos de esta Dirección General, no se localizó ningún registro de amenaza de bomba”, describió la Unidad de Transparencia de la Secretaría General de Servicios Administrativos en una respuesta de transparencia folio 0130000000519.
Refuerzan seguridad a medias
Tras el incidente que se presentó al interior del recinto legislativo, personal de resguardo endureció las medidas de seguridad con arcos y revisiones exhaustivas a los autos que ingresan al inmueble.
Ante este escenario, legisladores solicitaron de manera personal ser resguardados por elementos de seguridad pública. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, admitió que desde la explosión senadores y diputados han solicitado protección.
Explicó que por el momento se lleva a cabo el análisis de riesgos y se brindará la atención en los casos que se requiera.
Las medidas incluyeron el registro de motocicletas y automóviles que ingresan desde hace unos días al inmueble, los cuales son inspeccionados por debajo y en sus maleteros con espejos y detector de metales.
Consultados por Publimetro, las bancadas de Morena y PAN confirmaron que solicitarán mayores recursos para la adquisición de equipo de alta tecnología, además de reforzar los filtros de seguridad, pues reconocieron que desde el comienzo de esta Legislatura las medidas de seguridad se relajaron, prueba de ello fue el ingreso de un presunto artefacto explosivo, el cual estalló en la oficina de la morenista Hernández Mora, quien además calificó el atentado como un acto en contra de la democracia y el quehacer legislativo.
“Es un gasto gigantesco si lo comparamos con otros Congresos en Latinoamérica, y es todavía escandaloso ver cómo se incrementó el costo de este rubro cuando no se presentó, ni siquiera, un signo de este tipo de amenazas”
Armando Gómez Hernández, especialista en seguridad nacional por
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)