Después de que el Gobierno de México informó que Pemex compró a Shell el resto de la participación en la refinería Deer Park, en Houston, Texas, expertos se cuestionan la utilidad que tendrá el complejo.
La tarde del lunes, Pemex informó de un acuerdo para comprar el 50.005% de la participación en la refinería a la empresa Shell, tras un acuerdo por 596 millones de dólares. Con esta operación, Pemex será propietaria del 100% de la refinería, una vez que se cuente con las aprobaciones regulatorias en Estados Unidos y se concrete la transacción en el último trimestre del año.
«¿Qué ganamos? Ganamos capacidad de producción», explica a Publimetro Carlos Alberto Jiménez Bandala, jefe del Doctorado en Administración e Investigador de la Facultad de Negocios en la Universidad La Salle. «Esa refinería tiene una capacidad de 340 mil barriles diarios de procesamiento y además tiene la capacidad de procesar crudo tanto ligero como pesado».
«Hay que tomar en cuenta que no es una refinería nueva. Es una refinería que data del año 1993 y no es la última tecnología, pero tampoco está abandonada. Estaba bajo la administración de Shell, por lo tanto, si estaba en funcionamiento, no estaba operando al 100% de su capacidad, entre otras cosas, por la contracción de la demanda que se tuvo durante el período de la pandemia. Eso hizo que bajara su nivel de producción. Pero tampoco esto nos puede asegurar que la refinería se encuentra en mal estado», añade Jiménez.
Todo esto debería estar referido en el documento técnico que Shell y Pemex publiquen, explica el especialista de La Salle, quien concluye: «Hay que recordar que Pemex tampoco es nueva en esta refinería, ya que estaba operando en ella con el 50% de las acciones. Entonces los estados de la refinería y los estados de mantenimiento están dentro de los informes este de Pemex. Todo lo demás que se pueda decir de ella, pues responde solo especulaciones».
Deer Park: alabada en su momento, pero con problemas en la actualidad
El pasado 14 de febrero, la agencia Reuters reportó un cierre en las operaciones de Deer Park. «Royal Dutch Shell Plc cerró el domingo por la mañana las unidades de destilación de crudo (CDU) de su refinería de 318 mil barriles diarios (bpd) de Deer Park, en Texas, a raíz de una avería, según fuentes conocedoras de las operaciones de la planta», se explicó en su momento.
De acuerdo con el reporte, La CDU DU-1 de 70 mil bpd se cerró primero y luego la CDU DU-2 de 240 mil bpd, dijeron las fuentes.
«Las CDUs se cerraron porque un sello falló en una bomba que proporciona materia prima para otras unidades», dijeron las fuentes a Reuters. La función de las CDU es descomponer el crudo en materias primas de hidrocarburos para todas las demás unidades de producción de la refinería.
Sin embargo, de acuerdo a la explicación ampliada de la Reforma Energética, publicada en 2014, «El marco jurídico anterior a la Reforma no permitía a Pemex asociarse en el país, pero sí podía hacerlo fuera de México. Este es el caso de la refinería Deer Park, en Houston, Texas, en la que Pemex está asociado con una empresa privada para producir gasolinas y traerlas al
país. Esta refinería es más eficiente y tiene mayor rentabilidad que las seis refinerías que Pemex tiene en territorio nacional».
El pasado 12 de mayo, Octavio Romero, director general de Pemex, explicó que actualmente, una filial de Pemex que se llama Holdings Holanda (y que depende de PMI Norteamérica) es la que tiene las acciones de DeerPark. «El domicilio fiscal está en Pemex, la tesorería está centralizada en Pemex, los ingresos de crudo se transfieren al día siguiente que se reciben a Pemex, se entregan los dividendos a Pemex y las operaciones son revisadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; de manera que, efectivamente, Deer Park operaba de manera poco transparente, pero hoy opera de manera totalmente transparente en México».
3 preguntas con
Paul Alejandro Sánchez, integrante de la iniciativa de energía de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey.
¿En qué estado se encuentra la refinería Deer Park?
Es una estrategia interesante, porque no hay una petición de compra de Shell. O sea, no, no hay una solicitud de compra. Y el estado real de la refinería pues todavía es incierto.
Sabemos, por fuentes secundarias, que había tenido problemáticas y es difícil porque Deer Park son varios complejos, varias unidades de procesamiento. Algunas son 100 por ciento propiedad de Shell, otras son propiedad de Shell en conjunto con Pemex. Ahora se van a quedar dentro de las mismas instalaciones una planta que es propiedad 100 por ciento tenet, con lo que es 100 por ciento Bechet.
Sabemos que Deer Park no es rentable y que no habían declarado utilidad en los últimos años, que todo el dinero se había estado reinvirtiendo. Bajo esa perspectiva, no queda claro cuál es la razón o motivo por el cual se está haciendo la compra de esta refinería y cuál es el beneficio para los mexicanos. Porque, incluso el crudo previamente a la refinación, no necesariamente tiene un mercado en México y no necesariamente va a bajar los costos de los combustibles.
¿Qué gana México con la compra de Deer Park?
No queda claro que gana. El procesamiento de esta refinería no necesariamente implica menores costos para el país, porque habría que seguir importando. Y por otro lado, el crudo que se le vendió a Shell para su procesamiento, pues es un crudo que México va a tener que proveer e importar. Entonces, no queda muy claro cuál es la estrategia.
Por otro lado, el mensaje de fondo es que: si hay tantas refinerías a la venta y si esta refinería costó el 10% de lo que está costando en estos momentos Dos Bocas, ¿por qué estamos siguiendo con estas iniciativas? Hubiera sido más fácil comprar refinerías en Estados Unidos y tener un sistema de refinanciación con mayor acceso a crudo y con mayor acceso a sistemas físicos, que establecer una refinería en Dos Bocas, la cual no va a producir la cantidad esperada ni el tiempo planeado y que requerirá un costo mayor de operación y mantenimiento en el largo plazo.
¿Se aleja México de las energías verdes?
No es que con esta compra se aleje per se, aunque aumente considerablemente las emisiones de gases de invernadero y sea anti transición energética. Lo que muestra es que hay una realidad y es que todas las estrategias de este gobierno van en contra de la transición energética. Entonces esto simplemente es una prueba más, una evidencia más de que el sistema energético que está construyendo el presidente está basado en los hidrocarburos y no en la transición energética.
Lo cual, pues, nos lleva a estar en un punto donde estamos circulando en sentido contrario al resto del mundo y en lugar de -a lo mejor- estar utilizando el dinero público o el dinero del gobierno en promover la transición energética, pues lo estamos impulsando para mantener nuestro esquema basado en petróleo. Eso en el largo plazo, nos puede generar consecuencias. Por ejemplo, el programa de largo plazo de Biden de energías renovables puede generar penalizaciones o sanciones hacia las fuentes fósiles de energía.
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