El diálogo entre el gobierno y la oposición de Venezuela que se realiza en México podría no ser fructífero para resolver la crisis política del país; sin embargo, que se realice en nuestro país es un punto a favor, afirmaron especialistas a Publimetro.
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Este viernes, ambas partes suscribieron un memorando de entendimiento en el Museo de Antropología, en la Ciudad de México, con el objetivo de avanzar hacia acuerdos que permitan concretar condiciones para procesos electorales y el levantamiento de las sanciones económicas, parte de la búsqueda de una salida negociada a la crisis de Venezuela.
La firma del documento marcó el arranque de un nuevo proceso de diálogo, bajo la facilitación de Noruega, que tendrá una amplia agenda. Ésta incluye la definición de garantías electorales y un cronograma para elecciones observables; el levantamiento de las sanciones; la restauración de derechos a activos; el respeto al Estado constitucional; la convivencia política y social; la renuncia a la violencia; la reparación a las víctimas de la misma, y la protección de la economía y la población.
En este sentido, el diputado Jorge Rodríguez, jefe de la delegación del presidente Nicolás Maduro y presidente de la Asamblea Nacional; el exalcade Gerardo Blyde, cabeza de la delegación opositora, y Dag Nylander, en representación del gobierno de Noruega, firmaron el memorando de entendimiento. Como testigo mexicano estuvo Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores.
México, clave en la negociación de Venezuela
Tras agradecer el apoyo de México para albergar los diálogos, Nylander, director del centro noruego para la resolución de conflictos, quien también participó en las negociaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, dijo que la crisis de Venezuela “sólo puede ser resuelta por los actores venezolanos. El resultado dependerá de estos actores políticos, nadie más”.
A diferencia de los dos procesos de diálogo que se desarrollaron sin éxito entre 2017-2018 y en 2019, bajo el acompañamiento de la comunidad internacional y Noruega, en esta oportunidad el gobierno de Maduro va en una condición de fortaleza frente a una oposición muy debilitada por las fracturas internas y la pérdida este año de la Asamblea Nacional, que era su último bastión.
3 PREGUNTAS CON
Norma Soto Castañeda, especialista y docente de la Facultad de Derecho en la Universidad La Salle.
¿Qué esperar del diálogo entre oposición y gobierno de Venezuela en México?
Es un acercamiento muy interesante que se hace entre las dos contrapartidas, sin embargo, no creo que se lleguen a muchísimos resultados. Más bien será exponer la perspectiva que tiene cada uno de ellos a las posibilidades hasta donde podrían ellos ceder en alguna otra situación.
Pero lo cierto es que, tanto del lado del presidente Maduro como desde el otro punto de Guaidó, ambos tienen ya sus propuestas, sus perfiles ya muy bien definidos, que difícilmente cederían mucho o cambiarían.
En lo que a nosotros respecta, no será ni la primera ni la última vez que México participe en estas situaciones, porque México tiene toda una tradición para apoyar a terceros países en la solución de sus conflictos y de sus situaciones.
¿Qué aporta el hecho de que el diálogo sea en México y cómo se diferencia de otros diálogos que fracasaron?
México tiene una larga tradición donde ha participado para resoluciones de conflictos de otras naciones. Por ejemplo, cuando Guatemala estuvo en guerrilla durante 30 años, vino a firmar sus acuerdos de paz. Entonces, lo único que sucede por el hecho de que se realice el diálogo en México es reforzar la participación y el apoyo en esta situación.
Sin embargo, las dos contrapartes estarán dispuestas a ceder mucho. ¿Por qué es esto? Porque en la medida que uno u otro ceda, va a demostrar debilidad y que le está dando la razón al otro. Más bien será una exposición de ideas, de propuestas, de posibles situaciones, de escenarios que se den, pero ninguno irá mucho más allá. Será un encuentro que será recordado y será un encuentro que pretende generar una unión y una empatía entre ambos partidos opositores, pero no más allá de eso.
¿En qué otros procesos similares ha participado México?
Sobre todo éxito en la resolución de solución de conflictos, inclusive tratados internacionales que son de América Latina, se suelen firmar en México como para darle esa neutralidad: “Si bien es cierto, no lo firmamos en nuestro territorio, lo hacemos en México”.
Ahora, firmarlo en México da la ventaja de tener ese apoyo para que todo el mundo se entere a nivel internacional de lo que se está haciendo.
Y podríamos hablar de la década de los años 70 hasta la actualidad, donde México ha participado en situaciones de esta naturaleza: apoyo a refugiados, a guerrillas para que se firmen las situaciones de paz, vínculos amistosos e inclusive vínculos educativos que se han dado en otros países. México funge como una plataforma interesante e importante para dar esta proyección a nivel internacional.
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