Mientras la vacunación contra Covid-19 avanza en el mundo, y poco a poco comienza a vivirse una nueva normalidad, países alrededor del mundo empiezan a eliminar el uso obligatorio de cubrebocas al aire libre; así como otras restricciones.
A partir del próximo 1 de octubre, Argentina se sumará a este selecto grupo de países que están flexibilizando sus restricciones derivadas de la pandemia de Covid-19. «Levantamos el uso obligatorio del cubrebocas al aire libre, circulando y sin aglomerados de personas», dijo la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en rueda de prensa junto al recién nombrado jefe de Gabinete, Juan Manzur.
En Argentina el uso de cubrebocas seguirá siendo obligatorio en espacios cerrados, por ejemplo, el transporte público, cine, teatro, ámbitos laborales y eventos masivos o al aire libre cuando haya aglomeración de personas.
Detrás de esta decisión están los daños que la pandemia generó a la economía; pues profundizó la recesión que el país arrastra desde 2018. Además, el gobierno de Alberto Fernández anunció 100% de ampliación del aforo para todas las actividades económicas, industriales, comerciales, de servicios, religiosas, culturales, recreativas y deportivas en lugares cerrados.
En muchos países, el uso de cubrebocas al aire libre no es obligatorio. Pero en ambientes públicos cerrados o privados sí. Lo mismo en transporte. Las medidas de flexibilización arrancaron en junio en Italia, Francia, España, Portugal, Bélgica y Reino Unido. En países como Estados Unidos la medida se tomó a nivel estatal o por ciudades, mientras que Brasil considera que la restricción solo sea liberada para personas vacunadas o quienes se recuperen del virus.
Levantar el uso obligatorio del cubrebocas, lo último que debemos hacer
Anne Hoen, epidemióloga del Dartmouth College, en la cercana ciudad de Hanover, Alemania, explicó a la revista Nature -en mayo pasado- que es muy pronto para levantar las medidas para combatir el Covid-19. «Llevar cubrebocas debería ser probablemente una de las últimas cosas que dejemos de hacer», explicó Hoen al citado medio.
Aunque está claro que los cubrebocas reducen las muertes por COVID-19, casi un año y medio después de iniciada la pandemia y con una cobertura de vacunación en aumento en muchos lugares, los científicos y los funcionarios de salud pública siguen luchando para conseguir que la gente, especialmente la no vacunada, use los cubrebocas en los momentos adecuados.
“Todo el mundo que se encuentre en una zona interior concurrida debería llevar un cubrebocas si puede”, explica Fiona Woollard, profesora de Filosofía de la Universidad de Southampton. “Es algo que hacemos por los demás: reduce la posibilidad de causar un daño grave al contagiar a alguien el coronavirus, que podría estar portando inadvertidamente a pesar de no tener síntomas. En pocas palabras, tienes que llevar tu cubrebocas para protegerme, y yo tengo que llevar mi mascarilla para protegerte”, concluye la especialista.
Habrá más contagios si se elimina el uso obligatorio de cubrebocas
Laura H. Kwong, profesora adjunta de Ciencias de la Salud Ambiental, Universidad de California, Berkeley, explica que aún cuando no todo el mundo use cubrebocas, sí tienen un efecto en la lucha contra la pandemia. “Descubrimos que un aumento de 29% en el uso de mascarillas dio lugar a una reducción del 9% de casos COVID-19, incluso cuando sólo el 42% de la población llevaba cubrebocas”, explica a Publimetro. “Es probable que tasas más altas de uso de mascarillas hubieran producido resultados aún mayores”.
Para la especialista, es probable que la supresión del uso obligatorio de cubrebocas provoque una disminución del uso de las mismas y, por lo tanto, un aumento de casos de COVID-19 entre la población no vacunada.
“No hay condiciones definidas para que un país levante la obligatoriedad de las mascarillas o la promoción de las mismas. Durante nuestro estudio en Bangladesh, las tasas de infección por SARS-CoV-2 eran relativamente bajas y aún así vimos una reducción del 9% en COVID-19, lo que indica que el uso de mascarillas puede ser útil incluso en el contexto de una baja tasa de infecciones sintomáticas”, añade.
3 PREGUNTAS CON
Dustin Hornbeck, Doctor en Filosofía y becario de investigación postdoctoral del departamento de Liderazgo y Política Educativa, en la Universidad de Texas en Arlington.
En los últimos días hemos visto que algunos países están levantando las restricciones debidas a la pandemia de Covid-19, entre ellas, el uso obligatorio de cubrebocas. ¿Cuáles considera que son los pros y los contras de esta decisión?
R: No hay duda de que la vitalidad económica se ha visto afectada por la pandemia, por lo que en el sector de la hostelería, muchos han perdido sus puestos de trabajo y su sustento y la gente sólo puede estar encerrada durante un tiempo, por lo que un pro sería el aumento de la energía económica. Sin embargo, no veo ningún beneficio en el levantamiento de los mandatos de los cubrebocas. La ciencia es clara en cuanto a que ofrecen una forma sencilla de protegerse a uno mismo y a los demás del virus, y con la variante Delta, ¿por qué quitarlas y poner a la gente en riesgo?
¿Qué condiciones deben darse para que un país levante el uso obligatorio de cubrebocas?
R: No soy un experto en salud pública, pero me imagino que la obligatoriedad de las mascarillas se retirará cuando el número de casos de COVID sea lo suficientemente bajo como para no suponer una amenaza para la capacidad de los hospitales. La presión sobre la capacidad de la sanidad pública y las tasas de vacunación son importantes en la ecuación para decidir cuándo la gente puede ir a los lugares sin máscaras, al menos en público. También es importante recordar a las personas vulnerables que tienen que tomar una decisión personal cuando se quitan la mascarilla. Incluso las personas vacunadas están contrayendo el COVID, y especialmente las personas mayores e inmunodeprimidas.
¿Se pone en peligro el control de la pandemia con estas decisiones?
R: No hay duda de que el control de la pandemia se pone en peligro cuando la gente no sigue las medidas de mitigación. Si nos fijamos en los Estados Unidos después de las grandes fiestas como Acción de Gracias y Navidad, un par de semanas después de las fiestas el número de casos se disparó. Esto se debió a que la gente se reunió con otras personas en el interior y se contagió el virus entre sí. Las medidas de mitigación, como el enmascaramiento, funcionan, especialmente las mascarillas N-95.
La política pública es difícil porque a menudo la gente no quiere que le digan lo que tiene que hacer. No es un problema nuevo. Sin embargo, la vacunación, el enmascaramiento y el distanciamiento social son las mejores herramientas que tenemos en esta lucha y los datos de salud pública lo demuestran una y otra vez. Si los gobiernos no se comprometen con estas medidas, esta pandemia puede prolongarse más de lo necesario.
Te invitamos a consultar lo más visto en Publimetro
Iniciamos con:
Y también: