Está Localizado entre el balneario de Cancún e Isla Mujeres a una profundidad de ocho metros, el Museo Subacuático de Cancún (MUSA), puede ser visitado con snorkel o equipo de buceo.
También se puede apreciar desde la superficie del mar, sobre una embarcación, desde donde las 400 piezas forman la silueta de un ojo.
Las esculturas descansan sobre una base de cemento de doce toneladas para evitar que la fuerza del oleaje las desplazase y puedan resistir la presencia de un huracán, muy comunes y poderosos en esta región.
Todas fueron hechas a tamaño natural por Taylor, quien instaló un taller en la comunidad de Puerto Morelos, al sur de Cancún.
Para su elaboración, el artista utilizó materiales ecológicos, no contaminantes, que permiten la formación natural de coral. El componente principal es un tipo de cemento que se utiliza para la restauración de corales dañados.
Esta primera etapa del proyecto contiene la colección “Evolución silenciosa”, donde se muestran pasajes de la historia de México y de la región, desde el auge de la civilización maya, la conquista española y momentos cotidianos del ser humano.
Para una segunda parte se proyecta invitar a otros escultores para que sumerjan en el museo sus piezas, pero no han trascendido más detalles.
“Esto es una nueva forma de hacer arte, se vincula el arte con la naturaleza porque en el momento en que cada escultura entra al agua empieza a sufrir una transformación, se llena de vida, en unos meses o en unos años todas estas esculturas van a tener un aspecto distinto”, señaló el comisionado de Áreas Naturales Protegidas (Conap), Luis Fueyo, durante la inauguración del museo.
Agregó que este trabajo es un ejemplo de cómo la comunidad artística internacional se está convirtiendo en una gran aliada en la conservación de espacios naturales en México.