Identificarse con algún grupo social o tribu urbana es algo casi inevitable en esta época. Sin embargo, existen dos corrientes que se niegan a toda costa “el pertenecer a”, los hipsters y los mirrey.
Éstos son dos movimientos sociales que han tomado fuerza en los últimos meses en la Ciudad de México, pero al momento de señalar a alguien con las características propias de ellos, rechazan el pertenecer a ellas.
“Lo que buscan es no ser encasillados en un estereotipo, pero se distinguen porque ellos mismos no se reconocen como tales. Es algo inevitable. Dentro de una sociedad siempre se categoriza a todos, es imposible no identificarse con algo”, aseguró en una entrevista con Publimetro el doctor Alfredo Nateras Domínguez, profesor-investigador de la UAM, especialista en culturas e identidades juveniles.
Los hipsters tienen su bastión en colonias como la Condesa y la Roma y son aquellos jóvenes que se precian de tener gustos alternativos, ser cultos, leer mucho, escuchar música poco conocida, indie principalmente. Son reconocidos fácilmente por sus gafas de pasta (no siempre con graduación) y ropa vintage (prendas usadas y rediseñadas combinadas con prendas nuevas).
El término se acuñó en Nueva York, en la década de los cuarenta y ha ido reapareciendo cada cierto número de años.
“Creo que en México está mal aplicado el término. En teoría el hipster es el dude con dinero que juega a ser alternativo, esto es ser culto, apoyar estaciones de radio y bandas locales, tratar de ser intelectual e intenta no estar a la moda, en apariencia le da ‘igual”, dijo a Publimetro Leonardo Mendoza, estudiante de arte, vecino de la colonia Condesa, quien a pesar de tener las características, niega ser hipster.
En tanto, el mirrey es aquel que anteriormente era conocido como junior. El hijo acaudalado que gusta de ropa de marca, fiestas y antros exclusivos y viajes constantes a la playa, dejando huella de todo esto con fotos en las redes sociales, como Facebook. “Es un requerimiento de estos jóvenes por ser populares. Buscan la construcción de una imagen que llame la atención y sea lo más diferente a las otras”, explicó el profesor Nateras Domínguez.
Y al momento de señalar a alguien como un mirrey, también trata de desmarcarse. “La verdad a mí no me afecta ni me beneficia, pero que te definan así te sube el ego, pues me considero carismático y con suerte para que las niñas se fijen en mí”, aseguró Santiago Villalpando, arquitecto de 29 años.
El hipster…
De acuerdo con el investigador Nateras, la fuerza que ha tomado este movimiento se debe a las redes sociales.
“Estos jóvenes quizá retomaron parte de la cultura beatnik, también de EU y que hacía referencia a las personas cultas y atraídas por el arte. En el ciberespacio encuentran a un sinfín de símiles, por lo que reconstruyen una ‘nueva identidad’, que en realidad es reinventada a partir de varias, inclu-yendo los hipsters de los años cuarenta y cincuenta”.
“Así como es mi estilo de vida hasta la fecha, auto- máticamente sería hipster. Bajando música nueva/indie, colaborando para una página web, tengo una banda. Voy derechito para ser uno ja, ja, ja”. Leonardo Mendoza.
El mirrey…
En cuanto a este grupo, es el intento de crear una sociedad posmoderna en una cultura premoderna, como es la latina.
“Es un oleaje de las modas que invaden a los países de primer mundo. En algún momento fueron catalogados como juniors, quizá tomaron algo de los metrosexuales, de quienes ya ni se acuerdan. Pero todos son movimientos que emergen de vez en vez, retomando características del propio grupo en otras épocas”, finalizó el profesor Alfredo Nateras Domínguez.
“No es que me la pase pensando en la página; de hecho, pues obvio que todo mundo se toma fotos y quiere salir bien en ellas, simplemente poso para salir bien en una pic”.
Santiago Villalpando.