Internet no ha cambiado solamente la forma en que las personas producen, se comunican y se divierten. Altera, además, el funcionamiento del cerebro. Esa es la conclusión de un estudio conducido por el neurocientífico estadounidense Gary Small, director del Centro de Investigaciones en Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California (UCLA)
De acuerdo a la entrevista publicada por sion.com, se realizó una prueba a voluntarios de entre 55 y 76 años, que fueron sometidos a pruebas de resonancia magnética funcional mientras navegaban por internet. “Percibimos que la exposición a la red fortalece algunos circuitos neuronales. Hacemos más con el cerebro, gastando menos energía”, explica Small.
Internet puede ser una fuente de ejercicios para la mente, atenuando la degradación provocada por la edad. Pero eso ocurre sólo cuando hay un uso moderado ya que la sobreexposición tiene efectos nocivos.
Usted afirma que, desde que el hombre primitivo descubrió cómo usar una herramienta, el cerebro humano nunca fue afectado de un modo tan rápido y dramático como lo está ahora. ¿Por qué?
Es una consecuencia del uso de las computadoras y, más específicamente, de internet. Nuestros circuitos cerebrales están formados por las conexiones entre las neuronas, por las sinapsis. Esos circuitos responden en todo momento a las variaciones del ambiente. Al pasar horas frente a la computadora, ya sea para investigar, mandar mails o hacer compras, las personas están exponiendo el cerebro a una tormenta de estímulos. Por eso, el uso de la tecnología digital altera nuestros circuitos cerebrales.
¿Cuáles son las consecuencias de la exposición a los estímulos digitales?
El uso de internet tiene resultados positivos para el funcionamiento del cerebro. Eso fue lo que comprobamos en estudios con un grupo de voluntarios de más de 55 años. Pero el problema surge cuando se exagera.
Pasar 10 horas por día frente a la computadora puede reducir las aptitudes de una persona para el contacto personal, como mantener una conversación cara a cara.
¿Cómo sucede eso?
Técnicamente, la sobreexposición a los estímulos constantes de internet afecta a la mayoría de los circuitos corticales y a la capa externa del área gris del cerebro, lo que incluye los lóbulos frontal, parietal y temporal. El resultado de esto es que se produce un reforzamiento de los circuitos cerebrales que controlan las habilidades tecnológicas. Pero los circuitos relacionados con las habilidades sociales son dejados de lado.
La tecnología trae problemas cuando es usada en exceso. Con un uso moderado puede ser nuestra gran aliada. Mi investigación, hecha con personas de entre 55 y 76 años, muestra que el uso de internet da como resultado un aumento significativo de la actividad cerebral. Se produce en áreas involucradas en el control de la toma de decisiones y en el razonamiento complejo, aquel que nos diferencia de los animales.
Que el uso de la web puede fortalecer circuitos neuronales. Eso nos permite hacer más con el cerebro, gastando menos energía. Después de 5 días de entrenamiento, todos los voluntarios (inclusive aquellos que no estaban familiarizados con la red) mostraron mayor actividad mental.
El impacto negativo potencial de la nueva tecnología en el cerebro depende mucho del contenido, de la duración y del contexto en que se dé esa exposición.
Creo que, hasta cierto punto, las oportunidades para desarrollar las redes neuronales que controlan las habilidades del contacto cara a cara también se están perdiendo (o, al menos comprometiendo) a medida que las familias se vuelven más fragmentadas. Tal vez la tecnología sólo ayude a apartar a las personas.