Avaricia, infidelidad y accidentes trágicos tejen leyendas que erizan la piel a más de un regiomontano, sobre todo, cuando se aprecian las casas en donde hace décadas ocurrieron muertes que impactaron a la sociedad y que actualmente sus paredes guardan hechos inexplicables, como presuntas apariciones y ruidos extraños.
La casa de Aramberri, de Los Tubos y la de la Mujer emparedada forman parte de las leyendas regiomontanas.
En la casa de Los Tubos, enclavada en Contry La Escondida, se dice que en los 70 murió una menor que estaba inválida. En la edificación, en forma cilíndrica, la niña cayó por una ventaja. Hasta la fecha, la casa luce deshabitada y resguardada.
En el centro de Monterrey, sobre la calle Aramberri en 1933 se cometió un brutal asesinato de madre e hija, en donde familiares cercanos planearon un robo que culminó en tragedia. La casa mantiene una malla ciclónica para evitar la visita de curiosos, pero diversas versiones afirman que por las noches se escuchan lamentos en el lugar.
En el Barrio Antiguo, en la calle Raymundo Jardón, se dice que una mujer infiel, fue descubierta por su marido hace más de 100 años y éste la encerró en cuatro paredes hasta que murió.