En un evento convocado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), abierto a la prensa pero sin público, las ONG espetaron a los políticos hechos de su pasado de los que fueron responsables directos en sus puestos públicos o mandatos en un diálogo.
Javier Sicilia, el líder de la organización, recibió a cada uno de los aspirantes presidenciales en la puerta del alcázar del Castillo de Chapultepec y como afectuoso saludo les dio un beso. Sólo López Obrador esquivó el rostro del poeta, pero le dio un fuerte abrazo.
Durante más de cinco horas, Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri, en ese orden, aparecieron ante la mesa del Movimiento por la Paz. Sicilia pidió un minuto de silencio por las víctimas y en su discurso introductorio criticó por igual a los candidatos.
Cada uno intentó responder a las preguntas de Sicilia y de los familiares de víctimas que estuvieron en la mesa de diálogo. Las promesas aparecieron, sin embargo, en la réplica, Javier Sicilia volvió a reprochar los discursos políticos.
El momento más intenso fue con López Obrador, quien pidió no “meterlo al mismo costal”, pues, dijo, no es un político corrupto y no tiene de qué avergonzarse. El activista le dijo que molestaba mucho su falta de autocrítica.
Al final, el compromiso que se lanzó es alcanzar un pacto de unidad nacional, con el fin de cambiar la estrategia militarizada de combate a los grupos criminales y atender a las víctimas dejadas por la lucha contra la delincuencia organizada.
El eventual acuerdo de mínimos solicitado debería estar listo antes del próximo 10 de junio, fecha del segundo debate entre los cuatro aspirantes presidenciales, y servir para introducir en la campaña “esta emergencia” que vive México por la violencia, según el Movimiento.
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