El homicidio de Ana Carolina, una joven de 17 años que parecía tener todo, ha causado conmoción en un sector de la sociedad chihuahuense.
De acuerdo con el portal electrónico El Tiempo, ubicado en la capital del estado de Chihuahua, Ana y sus dos cómplices, mataron a los padres de la menor, antes de ir de compras y asistir a una fiesta.
Ana Carolina, su novio y un amigo estrangularon a doña Albertina y don Efrén, de 68 y 88 años de edad, de manera respectiva, les inyectaron en la yugular cloro con insecticida y después quemaron los cuerpos.
Después de cometer el homicidio, fueron a cenar hot dogs y bebieron cervezas. Al siguiente día, acudieron a un lote baldío y prendieron fuego a quienes habían sido los padres adoptivos de Ana. Tras la incineración, los tres jóvenes salieron de compras y por la noche estuvieron de fiesta.
El novio de Carolina, José Alberto, así lo confesó ante las autoridades. El otro implicado es Mauro Alexis, amigo de ambos.
Ana Carolina tiene 17 años y fue adoptada por doña Albertina y don Efrén. En febrero de 2014 cumpliría la mayoría de edad. Desde pequeña fue dada en adopción. Sus padres fallecieron hace años y sólo sobrevive una hermana biológica pocos años mayor que ella.
Quienes la conocen señalan que es una joven tranquila, inteligente y a veces no muy sociable. Peleaba con sus padres, “como cualquier joven de sus edad”, sin que esto reflejara su intención de cometer parricidio. Sabía que era adoptada, pero parecía que no le afectaba.
De acuerdo con José Alberto, lo que habría desatado la molestia de Ana contra sus padres fue que le impidieron seguir el noviazgo con él. El plan fue pensado durante un mes y el objetivo era matarlos para quedarse con la herencia de los padres, comprar anillos de compromiso, un departamento y casarse.
Otra versión publicada en Milenio, asegura que la decisión de asesinar a sus padres fue porque éstos no le prestaron el carro. Cabe señalar que Ana vivía en el seno de una familia acomodada.
El perfil publicado por Víctor Hugo Michel agrega que tiene una psicopatología nivel 9, que en las escalas del FBI se reserva a los homicidas más duros.
Después vino el crimen.
Fue la propia Ana quien reportó primero con su tía la desaparición de sus padres y después fue con las autoridades.
Durante el juicio, la frialdad de la joven causó sorpresa entre el personal de la Fiscalía. Confesó y platicó el crimen sin remordimiento.
También Mauro dejó perplejos a las autoridades por sus pensamientos sádicos y sus ganas de “seguir matando”, tras cometer el homicidio de doña Albertina y don Efrén, según relató José Alberto.
Según la Fiscalía, los casos de Ana y Mauro podrían encajar en un cuadro psicópata que no se había visto nunca en la ciudad de Chihuahua.
La pena a la que podría ser castigada Ana Carolina, de acuerdo con El Tiempo, sería de 15 años de prisión, por su calidad de menor de edad. Sus cómplices podrían pasar toda su vida en cárcel.