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Triste error de Angélica Rivera; urgente consejo a Mancera

Malabarista
Cuando Angélica Rivera regaló una papelería a la madre de Feliciano Díaz Pérez, el niño que vendía chicles y que fue humillado en Villahermosa, muchos levantamos la ceja. ¡Achis! ¿Y cuántas fotocopias se venderán en Yut Osil, Chiapas (donde viven)? ¿Neta ahí es buen negocio una papelería? ¿La familia ganará más que vendiendo dulces? En esta misma columna propuse que la presidenta del DIF nacional se sentara a platicar frente a frente con Andrea Díaz Díaz, mamá de Manuelito (como conocen a Feliciano) para preguntarle qué necesita, qué plan de desarrollo tiene en mente, qué urgencia hay en la familia, qué se requiere para desarrollar las capacidades del niño y lograr que estudie –y estudie bien–. Nada de eso pasó. Al puro estilo dramático el DIF le regaló una papelería a Andrea. El Universal le dio seguimiento y aquí una síntesis textual de lo que investigó: hasta ahora hay una ganancia de 140 pesos, desde el 5 de septiembre; el negocio fue imposible levantarlo porque la casa es demasiado pequeña; tras las amenazas de funcionarios de San Juan Chamula de quitarles el proyecto, Andrea consiguió prestada una propiedad, pero en este poblado hay no más de 30 de casas, no hay escuelas, no hay estudiantes porque han migrado a las grandes urbes para vender chicles, cigarros y flores, en parques y cruceros. ¿Quién quería una papelería? ¡Ups!

Tip a Mancera
Ahora que nos puso de cabeza tanta grilla alrededor de la Comisión de Derechos Humanos en el DF, me pregunto qué tiene en mente nuestro jefe de Gobierno para “semejante materia pendiente” (ya escribo como candidato en campaña #chale). Tal vez Miguel Ángel Mancera tenga claro que un defensor del pueblo, un ombudsman debe estar más allá de grillas y ser un verdadero contrapeso del Gobierno local en cada momento y sin concesiones. Pero, ¿quién dará seguimiento a las recomendaciones del futuro ombudsman todavía no elegido? ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá defendernos? Espero que no sea el Chapulín Colorado. Tal vez Mancera deba pensar en una secretaría de los Derechos Humanos que le dé seguimiento des-de-su-ga-bi-ne-te a las recomendaciones; si no una secretaría, sí una coordinación potente con un perfil muy claro de su titular, ¿no? La o él encargado de esa “tarea de gobierno” (otra vez mi político interno #rechale) debe tener experiencia, probidad, confianza, interlocución eficaz y, sobre todo, agilidad en la atención de las recomendaciones. Se me ocurren muy pocos nombres. No más de dos. Ojalá Mancera escoja bien.

Las palomitas las dispara Valdés
Leonardo Váldes con su bonote de despedida. Sólo en México, me cae. Espero que no haya comido nada con aguacate, porque entonces esto que le voy a contar le va a hacer daño. Los consejeros del IFE, que terminan su encargo el 30 de octubre, se quieren dar un bono de un millón 200 mil pesotes. ¡Ásumaaaye! Así de fácil se autorregalan nuestros impuestos. Yo creo que cuando México llegue a tener funcionarios de primer nivel en su desempeño, se les dará bonos de primer nivel. Es más, hasta llegaríamos a decir “¿Nada más un millón de bono? ¡No! Denles lo doble, se lo merecen”. Pero estamos muy lejos de eso. Si bien fueron desempeños cumplidores los de los consejeros Leonardo Valdés (presidente), Francisco Guerrero, Alfredo Figueroa y Macarita Elizondo, se nota que todavía las lanas en el IFE están en manos de los partidos y que eso de que es un IFE ciudadano es puro choro. Los ciudadanos, en nuestra mayoría, no estamos de acuerdo con esos bonitos bonos. Qué pena y qué insultante para la pobreza que hay en México. Consejeros que se sienten sultanes electorales.

 

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