De acuerdo con la Death Penalty Information Center, una organización sin fines de lucro en Estados Unidos, 32 estados de la Unión Americana mantienen la pena de muerte. La cifra se eleva a 35 con Nuevo México, Connecticut y Maryland que abolieron esta sanción, pero como la ley no es retroactiva, se tendrán que ejecutar a los presos ya sentenciados.
También el Ejército y el gobierno federal tienen métodos de ejecución: el primero, mediante la inyección letal; mientras que los presos federales sentenciados en un estado donde no existe la pena capital son enviados por órdenes de un juez a una entidad que sí la tenga.
Aunque el método más usado para ejecutar a presos es la inyección letal, algunas autoridades han planteado la posibilidad de regresar a otros métodos como el fusilamiento, luego de que se ha vuelto complicada la compra de drogas para terminar con la vida de los reos.
Según la organización fundada en 1990, que lleva reportes y análisis relativos a la pena capital, en 2013 se efectuaron 39 ejecuciones, siendo Texas el estado que más muertes presentó. En lo que va del presente año, han sido 15 los ejecutados, entre ellos el mexicano Édgar Tamayo.
Los métodos de ejecución avalados Estados Unidos:
Inyección Letal: Consiste en la aplicación de sustancias con el fin de hacer que el reo pierda el conocimiento, se detenga su respiración y finalmente sufra un paro cardiaco. El primer sentenciado ejecutado por este método fue Charles Brooks, quien murió en Texas el 2 de diciembre de 1982. El primer estado en adoptar la medida fue Oklahoma, en 1977.
Electrocución: La víctima es amarrado a una silla y se le colocan dos electrodos, uno en la cabeza y otro en la pierna. Se le pasa corriente eléctrica hasta que pierda el conocimiento, y después se baja el voltaje para que el reo no se incendiara. Los órganos sufrían graves daños y eso provocaba la muerte. En 1888, Nueva York construyó la primera silla eléctrica para ejecutar, dos años más tarde, a William Kemmler.
Cámara de gas: En la actualidad, cinco estados autorizan este método, pero todos tienen la inyección letal como alternativa. La forma de ejecución es sencilla: el condenado es atado a una silla en una cámara hermética. Por debajo de la silla hay un balde con ácido sulfúrico y una vez que está solo, se dejan caer cristales de cianuro de sodio, lo que provoca un gas mortal. Se le insta al reo a respirar fuerte y profundamente para fallecer rápidamente.
Fusilamiento: El sentenciado es sentado y amarrado a una silla que está rodeada de sacos de arena. Un médico marca el lugar donde se encuentra el corazón para que el pelotón dispare. El último reo muerto bajo este método fue John Taylor, en 1996 en Utah.
Horca: A finales del siglo diecinueve, la horca era el método más común en Estados Unidos. Delaware y Washington lo mantienen como oficial, aunque la forma más usada es la inyección letal. Las manos y las piernas del prisionero están aseguradas. El preso tiene una venda en los ojos y la cuerda se coloca alrededor del cuello con el nudo detrás de la oreja izquierda. Una puertecita se abre a los pies de la víctima, quien cae. Se supone que el peso provoca una fractura del cuello.
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