Al Benfica hoy sí le sonrió la diosa fortuna y logró la victoria en la final de la Copa de Portugal frente al modesto Rio Ave (1-0) con gol del argentino Gaitán, un triunfo que le permite alzarse con otro título esta temporada y conseguir así un histórico triplete.
Después de coronarse campeón de Liga con dos jornadas de antelación y vencer en la final de la Copa de la Liga a su mismo rival de hoy, el Rio Ave, los lisboetas cerraron una temporada brillante con el único “pero” de la derrota por penaltis en la final de la Liga Europa contra el Sevilla.
Desde hace 27 años las “águilas” no vencían en Liga y Copa de Portugal una misma campaña. El triplete nacional de un mismo equipo es algo inédito en Portugal, debido a que la Copa de la Liga es una competición de reciente creación (nació en la 2007-2008) y en sus seis ediciones anteriores quien la ganó no logró los otros dos títulos.
El triunfo del Benfica fue más luchado de lo esperado frente a un contrario teóricamente inferior -terminó la Liga en la undécima posición-, aunque igualmente le permite engordar su palmarés con otra Copa de Portugal, y ya suma 25, nueve más que el Oporto y diez más que el Sporting de Lisboa.
El Rio Ave tiró de pundonor para hacer frente al conjunto “encarnado”, muy superior técnicamente y que contó con un apoyo masivo en las gradas, y a punto estuvo de dar la sorpresa con varias ocasiones claras en la segunda mitad -incluso tuvo un palo-, aunque le faltó puntería en los metros finales.
El duelo de inicio favoreció al Benfica, que asumió el gobierno del encuentro y controló la posesión. Sin necesidad de grandes ocasiones se adelantó en el marcador en el minuto 20, en un gran derechazo del argentino Nico Gaitán, que golpeó con su pierna mala desde la frontal.
Su compatriota Garay estuvo muy cerca de ampliar la ventaja cinco minutos más tardes al rematar de cabeza a bocajarro una falta botada por el autor del tanto. Sin embargo, el portero del Rio Ave, el brasileño Ederson Moraes, lo evitó.
Las mejores ocasiones para el equipo entrenado por Nuno Espírito Santo -quien fuera portero del Oporto, el Deportivo de la Coruña, el Mérida o el Osasuna, entre otros- llegaron en la segunda parte.
Recién reanudado el duelo, el centrocampista Tarantini la tuvo en un disparo desde la frontal que fue mansamente a las manos del guardameta. Más clara todavía fue la que tuvo en sus botas un minuto después, cuando ni él ni Rúben Ribeiro acertaron a remachar a la red una pelota que quedó muerta en el punto de penalti tras una mal despeje del uruguayo Maxi Pereira.
El cansancio -físico y psicológico- por haber perdido el miércoles la final de la Liga Europa pareció afectar a los lisboetas, que se mostraron desorientados y pasaron dificultades para frenar las tímidas acometidas contrarias.
Pedro Santos tuvo en sus botas el empate en el 62, cuando ganó la espalda a su marcador y envió con el exterior de su pie izquierdo el balón al poste tras recibir una asistencia genial de Ukra.
En los mejores momentos del Rio Ave emergió la figura del guardameta esloveno del Benfica Oblak, una de las grandes sensaciones del campeonato luso y que detuvo en el 68 un gran disparo de Ukra, uno de los más destacados en su equipo.
Sólo un minuto más tarde, el central brasileño Marcelo volvió a tener la posibilidad de colocar el 1-1 con un cabezazo a la salida de un córner que se fue por milímetros.
El Rio Ave siguió empujando hasta el final, pero unas veces su falta de acierto y otras Oblak le hicieron claudicar frente a un Benfica lejos de su mejor nivel.
El Benfica se redime de esta forma del infortunio del año pasado, cuando acabó en blanco tras perder la final de la Copa de Portugal contra pronóstico frente al Vitória de Guimaraes, caer en Liga en la penúltima jornada contra el Oporto y sucumbir frente al Chelsea inglés en la Liga Europa.
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