Hombres armados vestidos como guardias de seguridad asaltaron el domingo una terminal del aeropuerto más concurrido de Pakistán con ametralladoras y un lanzacohetes, en lo que se convirtió en una operación de cinco horas que dejó por lo menos 13 muertos, dijeron funcionarios.
El ministro en jefe de la provincia de Sindh, Qaim Alí Shah, dijo que el asedio terminó la madrugada del lunes tras cinco horas de combate.
Mientras tanto, varios atacantes suicidas en el suroeste de Pakistán mataron a 23 peregrinos chiíes que regresaban de Irán en un incidente separado, lo que subraya la fragilidad de la situación de seguridad en el país.
Nadie se ha adjudicado la responsabilidad de los ataques, pero se dan mientras se realizan negociaciones de paz entre el gobierno y la facción local del Talibán, así como otros grupos extremistas.
Los hombres armados atacaron la terminal el domingo por la noche en un ataque que se prolongó hasta primeras horas del lunes, dijo Shaukat Jamal, portavoz de la Fuerza de Seguridad de Aeropuertos, una división de la policía nacional. En el aeropuerto hubo un incendio de consideración.
Jamal dijo que los militares y la policía combatieron a los atacantes.
El incidente ocurrió en una terminal que se usa generalmente para vuelos VIP y para carga.
“Yo estaba en mi oficina cuando escuché varias explosiones grandes y después fuego de armas”, dijo Sarmad Hussain, empleado de la fuerza a The Associated Press, tras escapar del edificio. Hussain dijo que él y un colega saltaron por una ventana para huir y que su colega se fracturó una pierna.
Un funcionario que habló con los periodistas cerca del aeropuerto dijo que algunos de los insurgentes tenían puestos uniformes de la Fuerza de Seguridad de Aeropuertos y que todos tenían colocados explosivos en el cuerpo. Agregó que uno trató de escapar en un vehículo de la Aviación Civil cuando un guardia le disparó e hizo estallar los explosivos. El funcionario dijo que otro atacante también voló tras ser impactado por balas de las fuerzas de seguridad.
La operación fue realizada por 10 insurgentes, dijo el ministro jefe de la provincia de Sindh, Qaim Ali Shah.
“Todos estaban bien entrenados, tenían un plan excelente”, dijo a los reporteros, agregando que intentaban destruir aviones y edificios pero no lo lograron.
El general Asim Bajwa, portavoz de los militares, dijo en Twitter que ningún avión fue dañado y que como medida de precaución las fuerzas de seguridad estaban peinando el aeropuerto antes de entregar la instalación a la Aviación Civil y la policía aeroportuaria.
Las autoridades confiscaron cuatro ametralladoras y un lanzacohetes, dijo el alto oficial policial Ghulam Qadir, quien agregó que el humo y las llamas que se veían eran de un tanque de lubricante incendiado.
La doctora Seemi Jamali, del Hospital Jinnah en Karachi, dijo que 13 cadáveres fueron a la instalación desde el aeropuerto. La doctora dijo que nueve eran agentes de la Fuerza de Seguridad de Aeropuertos, uno un empleado de la Aviación Civil y otro de la estatal Aerolíneas Internacionales de Pakistán.
Las autoridades desviaron los vuelos que se dirigían al aeropuerto y suspendieron todas las operaciones de vuelo. Un portavoz de la Aviación Civil dijo que el aeropuerto estaría cerrado hasta por lo menos el lunes por la noche.
“Yo estaba en mi oficina cuando escuché varias explosiones grandes y después fuego de armas”, dijo Sarmad Hussain, empleado de la fuerza a The Associated Press, tras escapar del edificio. Hussain dijo que él y un colega saltaron por una ventana para huir y que su colega se fracturó una pierna.
Karachi es la mayor ciudad del país y ha sido escenario de frecuentes ataques de extremistas en el pasado porque es el corazón económico de la nación y cualquier actividad contra el aeropuerto probablemente sea una advertencia a la inversión extranjera.
En mayo de 2011 los extremistas libraron un enfrentamiento de 18 horas en una base naval de Karachi, que tuvo un saldo de 10 muertos y que avergonzó profundamente a las fuerzas armadas.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque del domingo. El gobierno paquistaní ha tratado de negociar un acuerdo de paz con talibanes locales y otros insurgentes en el noroeste. Pero las negociaciones no han avanzado, lo que ha hecho aumentar los temores de una ola de ataques en todo el país.