CARRIZALILLO, GUERRERO. Carrizalillo huele a cementerio clandestino. Esta comunidad minera del municipio Eduardo Neri, y cercana a Iguala, empieza a asomar los restos de la muerte entre sus terrenos: en las últimas horas habitantes han encontrado tres fosas.
La primera fue descubierta el sábado pasado en Cazahuates, un punto que se pierde entre los cerros aún verdes de la zona que se han salvado de la voracidad de Gold Corp, la minera canadiense que le paga renta a los ejidatarios de Carrizalillo por sus tierras.
La gente del pueblo llegó a remover la tierra suelta y sacó parte de un cráneo y un fémur, y otros “huesitos”. Esos restos los entregaron a empleados del Ministerio Público Federal que subieron a la comunidad el domingo pasado, cercados por un operativo policiaco.
Alrededor de las 9 horas, brigadas conformadas por habitantes del pueblo subieron hasta El Pedregal a seguir buscando hasta que encontraran la señal: tierra suelta; tierra que ya fue cavada, removida y devuelta a su lugar.
Mientras la brigada se repartía labores de búsqueda, algunos de ellos dieron con unos huesos que tenía la forma del empate de la rodilla. La dejaron ahí, para seguir buscando.
El comisario del pueblo, Nelson Figueroa, quien acompañó la brigada, dijo que en ese lugar calculan hay al menos tres cadáveres. Lo supone, como lo supone la demás gente del pueblo: en el perímetro de El Pedregal solían torturar a quienes no cumplían con la cuota impuesta por sicarios, aseguran. Ahí todo el pueblo pagaba, a un grupo o a otro, parte de lo que la minera les daba como renta de sus tierras.
Testimonios recabados por La Silla Rota refieren que a quienes no pagaban los llevaban hasta esta zona para darles 60 golpes con una tabla. “Son los tableados”, comentan bajo anonimato. Alguno de ellos que logró regresar relató que mientras lo torturaban sepultaban cadáveres a un lado de él.
El Pedregal es un cerro de camino complicado, con piedras chicas y grandes, algunas con filo. A un costado queda el tajo en explotación El Bermejal, uno de los de los dos que explota Gold Corp. Al otro lo llaman Los Filos.
La búsqueda siguió hacia El Puerto, o sea abajo de El Pedregal, rodeando la falda del cerro.
Otra vez la tierra suelta se convirtió en la señal, y otro hueso largo descubierto frenó la excavación rústica de los participantes de la brigada. A diferencia del otro punto, en este lugar se percibía claramente un ligero olor fétido.
Los habitantes de Carrizalillo llegaron a los tres lugares de fosas por las referencias de Modesto Peña Celso.
Aquí los antecedentes recabados en el pueblo: El miércoles 28 de octubre por la tarde, se dispersó la noticia de que los habitantes de Carrizalillo tenían retenidos a nueve policías federales y un civil.
Los policías federales, mencionan los habitantes de Carrizalillo, intentaron llevarse al presidente del Comisariado de los Bienes Comunales, Ricardo, por indicaciones de miembros del cártel Guerreros Unidos. Los elementos entraron al pueblo con Modesto Peña Celso, originario de Carrizalillo, y presunto integrante del grupo.
La gente del pueblo relató que durante las horas de la retención en Carrizalillo, los policías federales y de Modesto Peña Celso hicieron confesiones. Que los policías desconocieron a Modesto y pidieron que los dejaran ir a cambio de dejárselos
Modesto dijo que conocía a los policías y que el ingreso a Carrizalillo lo planearon desde Iguala. Además, soltó varios nombres de lugares en los cerros de Carrizalillo donde había fosas clandestinas con cadáveres enterrados por miembros de cártel y sus aliados, según citó un habitante.