En la Ciudad de México existen decenas de corredores donde se ofrecen servicios sexuales por parte de hombres, mujeres, homosexuales y travestis que lo hacen de manera voluntaria, sin embargo esta actividad también esconde el delito de trata de personas que a su vez es un problema feminizado.
La capital del país, dice el Diagnóstico de Causas Estructurales y Sociales de la Trata de Personas en la Ciudad de México, es un punto de origen, tránsito y trata de personas, principalmente mujeres y niñas de los estados vecinos y del sur del país.
El estudio, presentado en 2012 por la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, menciona que las víctimas de trata son de escasos recursos y traídas de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Tabasco, Quintana Roo y Veracruz.
“La trata es un fenómeno feminizado, la mayoría de los casos de esclavitud y explotación se cometen contra mujeres, niñas y adolescentes (…) La explotación sexual comercial es uno de los fines de la trata más comunes”.
“Esta manifestación incluye la pornografía, prostitución y actividades relacionadas con el turismo sexual, la pedofilia, los matrimonios serviles o forzados, embarazos forzados” y el transporte de droga y enganche de clientes, por adicción o deuda con los padrotes.
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Violencia
El documento de la Coalición explica que para introducir a las mujeres a la prostitución, los padrotes las someten a violencia física, sexual y psicológica “y son violentadas cuando se resisten o rechazan a algún cliente”, pero las víctimas no denuncian por miedo, desconfianza o desconocimiento de las autoridades.
Las mujeres que son traídas a la Ciudad de México por redes de trata de personas se enfrentan a carencia de dinero, adquieren deudas para sobrevivir y piden ayuda a los padrotes para alimentación y vivienda, por lo que a veces no pueden renunciar a la prostitución para no perder estas prestaciones.
“Son sometidas al abuso físico y mental, forzadas al uso de drogas y a pasar hambre y víctimas de todo tipo de violencia, amenazas, intimidación, castigo y control”, advierte el diagnóstico sobre la prostitución en el Distrito Federal.
¿Qué dice la ley?
El Código Penal del Distrito Federal establece en su artículo 188 bis que cualquier persona que “promueva, facilite, solicite, ofrezca, consiga, traslade, entrega o recibe para sí o para un tercer a una persona para someterla a explotación sexual, a la esclavitud o prácticas análogas” se le impondrá una pena de 10 a 15 años de cárcel y una multa de 10 mil a 15 mil veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México.
Además se plantea el delito de lenocinio, el cual se sanciona con prisión de dos a 10 años de cárcel y recae en aquel que “habitual u ocasionalmente explote el cuerpo de una persona u obtenga de ella un beneficio por medio del comercio sexual”.
Ante este contexto, el diagnóstico destaca que el Gobierno del Distrito Federal está obligado a “llevar a cabo todas las medidas necesarias para prevenir y sancionar los delitos en materia de trata de personas y proteger a las víctimas de estos delitos”.
“Se ha identificado que en el papel existen, pero en la práctica hay ausencia de programas y políticas que busquen sancionar, prevenir y erradicar los delitos en materia de trata de personas”, sentencia la Coalición que elaboró el diagnóstico.
Maro legal
En el Programa General de Desarrollo del Distrito Federal 2013-2018, se menciona que en materia de seguridad, el programa Escudo Centro permite el combate de delitos como el robo de vehículos y el narcomenudeo, pero también de la trata de personas.
En materia de violencia contra las mujeres, la Ciudad de México participa en el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, pero también cuanta con la Ley para la Protección a Víctimas del Delito en Materia de Trata de Personas y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Género.
