El escritor Juan Rulfo (1917-1986), autor de la antológica novela «Pedro Páramo«, se mantiene como uno de los mexicanos más leídos y estudiados, 30 años después de su fallecimiento este 7 de enero, señaló hoy la Secretaría de Cultura de México .
«A tres décadas de su fallecimiento, diversas generaciones de lectores y escritores no dejan de acercarse a los libros de Juan Rulfo, lo cual se refleja en la continuidad de las diversas publicaciones en español y en otros idiomas», indicó la institución en un comunicado.
Añadió que «ya sea en inglés, francés, alemán, portugués, holandés e italiano, serbocroata, ucraniano, griego y hasta chino, japonés, turco, hebreo y árabe, los títulos de Juan Rulfo ocupan un lugar fundamental en la literatura universal, convirtiéndose en uno de los escritores mexicanos más leídos y estudiados en nuestro país y el extranjero».
Rulfo, originario de Sayula, Jalisco, necesitó sólo dos libros más, el volumen de cuentos «El llano en llamas» y la novela «El gallo de oro», para convertirse en uno de los principales escritores latinoamericanos de todos los tiempos.
Nacido el 16 de mayo de 1917, Rulfo se dio a conocer con los relatos de «El llano en llamas» y subió al escalón más alto de la literatura en lengua española con «Pedro Páramo», novela publicada en 1955 que el gran escritor argentino Jorge Luis Borges calificó de «una de las mejores de la literatura de lengua hispánica, y aun de la literatura».
La obra ha sido traducida a numerosos idiomas y sirvió de referente a escritores de la talla del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, quien siempre mencionó a Rulfo como uno de sus modelos, junto a William Faulkner y Franz Kafka.
«El escrutinio a fondo de la obra de Juan Rulfo me dio por fin el camino que buscaba para continuar mis libros; no son más de 300 páginas, pero son casi tantas y creo que tan perdurables como las que conocemos de Sófocles», aseguró García Márquez (1927-2014) en 2003.
Las dos últimas décadas de su vida, Rulfo las dedicó a su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México .
Varias de sus obras fueron llevadas al cine y en el caso de «Pedro Páramo», el año pasado la novela tuvo una edición conmemorativa por los 60 años de su publicación original.
También tuvo Rulfo una activa labor como fotógrafo y traductor, y una breve incursión en el periodismo con algunas colaboraciones para la agencia española Efe, además de que fue reconocido como un eminente lector.
«Su mundo desde la infancia fue un mundo de libros; a Rulfo los libros siempre le gustaron, prefería las obras literarias complejas», señaló hace unos meses Víctor Jiménez, presidente de la Fundación Juan Rulfo, constituida en 1996 para cuidar y difundir el legado del escritor
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