El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) se pronunció a favor de que se aplique un pago por congestión en la Ciudad de México para desincentivar el uso del automóvil, crear zonas de bajas emisiones contaminantes y recaudar recursos para invertir en transporte y mejora de la calidad del aire.
Así lo expresó en entrevista con Publimetro la coordinadora de política pública del Cemda, Gabriela Niño, quien comentó que en la capital está detenido un proyecto de ecozona para las colonias Centro, Juárez, Roma y Condesa.
Al respecto, dijo que este proyecto se detuvo tras la reacción negativa por el endurecimiento del Hoy No Circula en julo de 2014, por lo cual Morelos levantó la mano para aplicarlo en la Zona Metropolitana de Cuernavaca, por lo que este año podría ser una realidad.
“Cuando se dio el aviso del Hoy No Circula en la Megalópolis, y que hubo esta reacción negativa, ya venía detrás de esta acción el implementar una ecozona en la Ciudad de México; ya se estaban haciendo los estudios, pero dado que se comunicó muy mal, se echaron para atrás estas acciones”, dijo.
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Niño Gómez agregó que Morelos “está trabajando una zona de bajas emisiones, porque la población sí está preocupada por la salud; no hay malas acciones de política, más bien es que se comunican mal. Como a la población de Morelos le interesa la salud, la ecozona la están vendiendo con ese argumento”.
Cuestionada sobre el proyecto de ecozona para la Ciudad de México, la coordinadora de políticas públicas del Cemda dijo que “ahorita está en stand by, (pero) se pretende reactivar una vez que se mida y se pueda comprobar el potencial que tiene con el otro piloto que va a hacer en Morelos”.
Una ecozona es un polígono delimitado en el cual se aplican medidas orientadas a preservar la calidad del aire con acciones como el pago por congestión, parquímetros, calles de prioridad peatonal, ciclovías, horarios específicos para la recolección de residuos sólidos.
Otras acciones en las ecozonas son el cambio de luminarias convencionales por lámparas de bajo consumo de energía, incremento de arbolado y áreas verdes, control de la contaminación visual, í como gestión de emisión de contaminantes de fuentes fijas, comercios y servicios.
¿Qué es el pago por congestión?
El 16 de marzo pasado, en el marco de la contingencia ambiental por ozono, este diario publicó que de acuerdo con expertos en transporte, movilidad y medio ambiente, es momento de hablar de pagos por congestión en la Ciudad de México.
La tarifa de congestión consiste en cobrar por el uso del espacio vial cuando la demanda de avenidas supera a la oferta; esto incentiva a que los automovilistas manejen en horas y zonas donde no hay tráfico. El cobro es más alto cuando mayor es el tráfico y viceversa.
En Londres, Inglaterra, se implementó esta tarifa de congestión en 1993; se trata de un cargo diario por conducir un vehículo en el centro de la ciudad de 7:00 a 18:00 horas de lunes a viernes; la medida se aplicó para reducir el tráfico, estimular a usar el transporte público y mejorar la calidad del aire.
¿Qué dicen los expertos?
Este diario publicó el pasado 17 de marzo que el Centro Mario Molina sugirió al Gobierno de la Ciudad de México en 2014, previo a endurecer el programa Hoy No Circula, analizar la aplicación de tarifas de congestión como una de las varias medidas para mejorar la calidad del aire y reducir el uso del automóvil particular.
En el documento Evaluación del Programa Hoy No Circula el Centro Mario Molina argumentó las razones para endurecer dicha medida, pero advirtió que la efectividad de ésta dependía de la aplicación de otras acciones -como el peaje urbano- que debían ser implementadas en conjunto, lo cual no ocurrió.
“Se sugiere evaluar los beneficios que podría tener la implementación de peajes urbanos en los sectores de la Ciudad con mayor congestión y contaminación”, se lee en el documento, pero la sugerencia fue ignorada.
El coordinador de Transporte Eficiente de El Poder del Consumidor, Daniel Zamudio, dijo a Publimetro el 16 de marzo pasado que la Ciudad de México lleva un atraso de 20 años en la materia y podría empezar aplicando este “impuesto verde” en el Centro Histórico.
“Es urgente y sería una adecuada zona ya que el 80% de las personas que llegan a hacer compras, turismo o únicamente un paseo, llegan en transporte público, el 20% restante es el automóvil, pero lo usan solamente para cruzar, de paso”, señaló.
Los ingresos generados por este “impuesto verde” tendrían que ser dirigidos a modernizar y dignificar el transporte público, crecer la red de Metrobús a corto plazo e integrarla con el Mexibús del Estado de México y a largo plazo ampliar el Metro hacia municipios mexiquenses.
De su lado el líder de la campaña Megaciudades de Grenpeace México, Gustavo Ampugnani, también coincidió en que la aplicación de tarifas de congestión en la capital contribuirían a desincentivar el uso del automóvil y abatir la congestión vial, lo que se traduciría en reducir las emisiones contaminantes.
De acuerdo con el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), las tarifas de congestión “pueden proporcionar fuentes de ingresos para las ciudades y las instituciones encargadas de transporte, mismas que deben de ser usadas para retribuir a la sociedad, mediante inversiones en el mejoramiento del espacio público o la movilidad”.
En el estudio Gestión de la movilidad para México, de noviembre de 2012, el ITDP plantea entre las estrategias para enfrentar el uso indiscriminado del automóvil el cargo por congestión, con lo cual se podría mejorar la movilidad, acompañado de un reforzamiento del transporte público.
En ese sentido, el ITDP advierte que “la construcción de más vías es una solución insostenible para la congestión, pues induce más tráfico y deteriora la calidad de vida en las ciudades. Por ello, hay ciudades que están demoliendo sus autopistas urbanas para mejorar la movilidad y el espacio público”.
Autos, autos, autos…
Lejos de mejorar, la Ciudad de México parece dirigirse al colapso vial, pues de acuerdo con el Índice Tom Tom 2016 sobre congestionamiento vehicular, la capital mexicana arrebató el primer lugar a Estambul como la urbe con el peor tráfico del mundo.
El ranking anual de Tom Tom -empresa británica- establece que los conductores de la Ciudad de México pasan el 59% de tiempo extra atorados en el tráfico vehicular a cualquier hora del día y en horas pico las cifra se eleva al 103%.
En la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) existe un parque vehicular de 5.5 millones de autos y se prevé que aumente a 7.5 millones para 2020 a razón de 250 mil unidades por año, lo cual ha provocado saturación vial.
De acuerdo con la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), los automotores que circulan en la ZMVM aportan más del 87% de emisiones de óxidos de nitrógeno y 32% de compuestos orgánicos volátiles, ambos precursores de ozono.
La saturación vial ha causado la disminución de las velocidades a las que se circula en la Ciudad de México: mientras en 1990 la velocidad promedio era de 39 kilómetros por hora, en 2015 se redujo a 12 kilómetros por hora y hasta ocho kilómetros en horas pico.
Riesgos de cáncer
El Cemda alertó que la laxa regulación que hay para el transporte de carga en el país provoca que se siga contaminando el aire con partículas que en contacto con otros contaminantes como carbono negro producen cáncer a quienes respiran ese aire.
Datos proporcionados por el Cemda, indican que el transporte de carga representa el 15% de la flota vehicular del país, y genera el 80% de partículas PM2.5, que son de las más dañinas ya que su tamaña permite que se alojen en los pulmones, provocando enfermedades respiratorios y cardiovasculares.
Aunado a esto, el transporte de carga usa combustibles altamente contaminantes, tienen una antigüedad promedio de entre 22 y 30 años, no cuentan con filtros de partículas finas y son sometidos a normas laxas.