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Sale pedido para @arelibiciteka recién salido del horno. pic.twitter.com/5q66SeF3cs
— javiermalagon (@javiermalagon) 7 de abril de 2016
El uso de la bicicleta como medio de transporte contribuye a mejorar la calidad del aire de la Ciudad de México, desincentiva el uso del automóvil -uno de los principales agentes contaminantes- y aporta beneficios a la salud, pero paradójicamente, hoy también supone riesgos.
De los casi 100 días transcurridos este año, la capital sólo ha tenido 18 limpios; más aún: se ha activado en dos ocasiones la fase I de contingencia ambiental por ozono, lo cual no ocurría desde hace 14 años, y se han decretado cuatro precontingencias.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) dice que los autos aportan 88% de los precursores de ozono, un contaminante que produce efectos inflamatorios pulmonares, deprime el sistema inmunológico, provoca crisis asmáticas y facilita el proceso infecciosos por microorganismos.
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No obstante que no contaminan, aportan beneficios a la salud y ocupan menos espacio de las calles, los ciclistas padecen los efectos negativos de la polución aportada por fuentes móviles, la industria, la basura, el ruido, obras, entre otros agentes.
El Inventario de Emisiones 2012 de la Secretaría del Medio Ambiente dice que los 5.5 millones de autos que circulan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) consumen 47 millones de litros de combustibles al día, que afectan a ciclistas, peatones y también a conductores.
Escapes de autos, el peligro
La Ciudad de México posee el peor congestionamiento del mundo, según un índice elaborado por la firma británica Tom Tom, lo cual agrava los riesgos para los ciclistas, no sólo en seguridad vial, sino también respecto a la salud.
El principal perjuicio radica en rodar próximos a los escapes de los autos y en que la tasa de respiración que implica el esfuerzo físico es de dos a tres veces mayor a la de los peatones o de los conductores, lo que deriva en mayor inhalación de contaminantes.
La jefa del Departamento de Investigación en Hiperreactividad Bronquial del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Patricia Segura, dijo que al realizar esfuerzo físico, la frecuencia cardiaca del ciclista aumenta y respira más veces que un peatón o un automovilista.
“Mientras más respiran más aire (contaminado) meten; al ir sentados en la bicicleta van circulando entre los coches, que son la fuente directa de emisión, entonces se están exponiendo todo el tiempo”, explicó en entrevista con Publimetro.
El Centro Mario Molina ha referido que “la zona de máximo impacto de los contaminantes atmosféricos se ubica hasta 100 metros de una avenida principal, donde habitan, transitan y trabajan millones de personas».
Las bicicletas que transitan a un costado de los autos, los hacen mínimo a 1.5 metros de distancia, por lo que se está más expuesto a las emisiones de los escapes. Un foco rojo son los semáforos, pues el ciclista se expone al arranque de los vehículos y camiones.
“De un arranque (de automóvil) son como 800 veces más lo que se está emitiendo en comparación con lo que se emite andando a una velocidad constante de 60 kilómetros por hora. Esto ocurre en los semáforos, los topes, el tráfico, porque están parados y arrancan”, advirtió.
La doctora Segura Medina detalló que los contaminantes están 50 veces más concentrados a nivel de calle que cuando se dispersan a mayor altura, por lo que son más dañinos no sólo para ciclistas, sino también para peatones, ambulantes, policías, cualquier usuario de la calle y conductores.
Recomendaciones
La investigadora del INER recomendó a los ciclistas que rueden durante días con mala calidad del aire (arriba de 100 puntos ya es dañino para la salud) no transitar por avenidas con congestionamientos vehiculares, ya que implica tener cientos de motores encendidos.
Comentó el peor horario para realizar traslados en bicicleta es entre las 12:00 y las 16:00 horas, que es cuando aumenta la temperatura, la radiación solar, el congestionamiento vehicular y por ende las altas concentraciones de ozono, que tienden a subir en este punto del día.
En entrevista, Areli Carreón, fundadora de la asociación civil Bicitekas recomendó rodar a velocidades moderadas para no agitar la respiración; transitar por calles secundarias, de preferencia arboladas, para evitar el tráfico vehicular y las zonas con altas emisiones.
Asimismo circular a una distancia mayor a la recomendada para seguridad vial, que es de 1.5 metros, por lo que es preferible ampliarla a dos metros y no circular detrás de los automóviles para ser visible y no quedar expuesto a las emisiones de los escapes.
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De acuerdo con la jefa del Departamento de Investigación en Hiperreactividad Bronquial del INER, al aumentar la frecuencia respiratoria se debe inhalar por la nariz, pues se filtra el material particulado por los mocos, pero hacerlo por la boca “es aún peor porque se va directo al pulmón”.
Sobre las mascarillas, comentó que para que sea eficaz se debe tratar de una de alta eficiencia similares a las que usan los médicos que deben tratar a pacientes infecciosos y que se pueden adquirir donde vendan material especializado, pues los cubre bocas no tienen la capacidad de filtrar material particulado.
El secretario de Salud de la Ciudad de México, Armando Ahued, ha dicho que un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública en 2013 calculó en mil 200 muertes las atribuibles a la contaminación ambiental en la capital.
Además en los últimos 15 días, en fecha posterior a la primera contingencia fase I por ozono en 14 años, aumentaron entre 8 y 10% los padecimientos respiratorios asociados a la contaminación.