Sabemos que el pilar para generar patrimonio y bienestar económico es ahorrar sin embargo al hacerlo dejamos de lado la gran importancia que tiene saber administrarlo, es decir, una vez que ahorro ¿Qué le hago? ¿Lo meto al banco? ¿Pongo un negocio? ¿Compro un inmueble?
Hoy en día las opciones son extensas y es nuestra obligación conocerlas para tomar una decisión educada y hacernos responsables de dichas elecciones, teniendo en cuenta nuestras necesidades y el horizonte de inversión de dicho ahorro. Además, de hacerlo a través de instituciones serias que se apeguen a regulaciones y mejores prácticas con el fin de evitar malas experiencias.
Ahora bien, dentro del abanico de opciones una de las más sonadas es la compra de acciones, pero en verdad entendemos ¿qué significa, a quién y dónde se compran?
Empecemos por lo básico.
Desde un punto de vista contable, las empresas cuentan con diversos estados financieros que tienen la finalidad de llevar un registro del desempeño del negocio y una bitácora de lo que se tiene y lo que se debe. Dentro del Balance General existen tres grandes divisiones: Activos, Pasivos y Capital. La suma de los activos (lo que se tiene) debe ser igual a la suma del Pasivo más Capital. Así, una acción es el resultado de dividir el capital en partes iguales. Si uno comprara todas las acciones, uno sería dueño de todo el capital, podría decidir sobre todos los activos, y sería responsable de pagar todos los pasivos.
Cuando un inversionista compra una acción, se vuelve socio de dicha compañía y adquiere derechos económicos y corporativos. Es decir, tiene derecho a recibir dividendos y a votar en las asambleas de accionistas de dichas empresas.
Las acciones se compran y venden a través de mercados organizados, en México dentro de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) a través de distintos intermediarios (Casas de Bolsa).
Hay un mercado primario, que es cuando uno compra una acción directamente de la empresa, donde el dinero entrará al patrimonio de dicha empresa. O bien mercado secundario, comprarle las acciones a otro particular, en dicho caso el dinero irá directamente al anterior dueño de la acción. Este mercado es el más activo y donde se compran y venden millones de acciones día a día.
Existen inversionistas que compran acciones con un horizonte de inversión de largo plazo, con una visión patrimonial. En ocasiones porque tienen confianza en la empresa, en el modelo de negocio, y/o desempeño de la industria, y esperarán pacientemente.
También existen inversionistas que prefieren participar de manera activa en el mercado, comprar y vender diferentes acciones, incluso en el mismo día, con la idea de poder comprar barato y vender caro. Buscan aprovechar la volatilidad (alzas y bajas en los precios) y permanecen pendientes de noticias que pudieran generar estas oportunidades. De igual manera, basan sus decisiones en factores técnicos que reflejan tendencias de mercados y comportamiento de los diferentes participantes.
