Propuestas de Trump violarían la Constitución de EU
«Volver a abrazar a mis hijos», es la frase que comparten los mexicanos Yolanda, Montserrat, Robert y Héctor, quienes fueron deportados de Estados Unidos por no tener la ciudadanía americana.
Junto con más de 40 padres de familia, los cuatro buscan regresar al país que, aseguran, sienten suyo pese a que los separó de sus seres queridos sin poderse despedir ni explicarles lo ocurrido.
Tras algunos años de la deportación, Yolanda Varona se dio a la tarea de crear la fundación Dreamers Moms USA/Tijuana junto con Robert Vivar con el fin de apoyar a otras madres que intentan regresar al vecino país de forma legal.
Tiene seis años de no ver a su hija e hijo -nacionalizado estadounidense porque se casó con una ciudadana- y una de las vías legales con las que podría regresar a San Diego es la visa tipo U.
El documento de no inmigrante es un permiso que otorga el Gobierno estadounidense por tres años a quienes fueron víctimas de algún delito, denunciaron el hecho y colaboraron con las autoridades para capturar al o los responsables, comentó a Publimetro, Yolanda tras participar en la conferencia «Bedtime Stories. Historias de familias separadas por la deportación” en la Universidad Iberoamericana.
La mujer originaria de Taxco, Guerrero es candidata a la visa U porque fue víctima de violencia por parte de su pareja y como lo denunció el hombre fue detenido. Al ayudar a las autoridades a dar con el paradero de su compañero sentimental, el Gobierno la tomó en cuenta para otorgarle la precalificación para la visa.
Yolanda podría ver de nuevo a su familia el próximo año, pues entrará en vigor una licencia con la que los precalificados para la visa U no necesitan estar fuera de Estados Unidos para continuar con el proceso expedición del documento.
“Tenemos que demostrar que somos personas de buena reputación. El trabajo que hacemos desde la fundación se nos puede tomar en cuenta”, añadió la mexicana.
Montserrat Galván también espera ver a sus hijas de seis y 11 años, quienes viven en Carolina del Norte. Ella también fue víctima de abuso por parte de su esposo y como lo denunció, también es candidata a recibir la visa tipo U.
La chica de Guanajuato fue deportada hace tres años, debido a que su cónyuge la denunció ante las autoridades migratorias y ello la mantuvo presa un mes en Texas. Aún así su ex pareja tiene la custodia de sus hijas, ya que ellas nacieron en EU.
Aunque regresó a su estado con infección estomacal y renal por el maltrato que recibió en prisión, no se pudo adaptar por la falta de sus hijas y estar recién divorciada. Por ello decidió viajar a Tijuana, donde conoció la fundación de Yolanda, ha recibido ayuda legal y es activista.
El coordinador de la maestría en Estudios sobre Migración del Departamento de Estudios Internacionales de la Ibero, Javier Urbano dijo a este diario que algunos datos oficiales detallan que en los ocho años de la gestión del presidente Barack Obama, han sido deportados entre dos y tres millones de latinos, de los cuales la mitad serían mexicanos.
Sin embargo, refirió que no hay datos confiables de la cifra de deportados, ni por parte de las autoridades de Estados Unidos, ni las de México por la forma en que son retenidos y se siguen sus casos.
Robert Vivar y Héctor Barajas también comparten sus historias. El primero salió de México a los seis años con sus padres y con residencia legal; mientras que Barajas llegó a los siete años procedente de Fresnillo, Zacatecas.
Vivar fue deportado de manera definitiva hace tres años debido a que en 2001 estuvo involucrado con consumo y portación de drogas. En 2002 ya había sido deportado por dicha causa y regresó como indocumentado.
Detalló que su sanción había sido entrar a un programa de rehabilitación, pero en lugar de canalizarlo, fue deportado. La alternativa que tiene para regresar a EU es que su caso se reabra por no haber recibido la asesoría legal que necesitó al momento de ser retenido.
Ahora es codirector de la fundación Dreamers Moms USA/Tijuana y de la organización de militares veteranos Deported Veterans Support House, la cual preside Héctor Barajas.
Barajas ingresó al Ejército en 1995 y se desempeñó como paracaidista hasta que salió en 2001. Estuvo involucrado en el uso de un arma de fuego cuando se encontraba en un vehículo por lo que estuvo preso tres años y después fue deportado por primera vez.
Regresó como indocumentado y en 2009 fue deportado nuevamente. Tiene una hija y busca reunirse con ella apelando a los derechos de los veteranos militares y que su labor en dicho país le sirva para regresar.
Hasta ahora ninguno tiene una fecha probable de regreso, pero siguen agotando todos los recursos legales posibles para volver a abrazar a sus hijos y quedarse a vivir de nuevo en Estados Unidos.
SU HISTORIA HECHA CUENTO
Los cuatro mexicanos participaron en la creación de cuentos en los que plasmaron sus historias de deportación y así poder explicar a sus familiares lo que ocurrió de una forma más amable.
El proyecto estuvo a cargo de la migrante rusa Sofia Sovko, quien durante ocho meses les dio un taller para escribir cuentos con el fin de aminorar el dolor por la separación de sus hijos.
Yolanda Varona escribió “La ciudad más triste del mundo”; Montserrat Galván, “Mamá leona contra el muro”; Robert Vivar, “Mi sueño” y Héctor Barajas, Princes Lili and the king of ICEland”.
Las cuatro historias están inspiradas en sus hijos y la dificultad de saber que la frontera los separa y el eventual muro que construiría Donald Trump en caso de llegar a la Presidencia de Estados Unidos.
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