El salario mínimo reporta 40 años de rezago y, para resarcir la pérdida de su poder adquisitivo y detener el deterioro económico en que viven millones de familias, debe subir a 280 pesos diarios.
De hecho, cada familia mexicana requiere un ingreso mínimo de 10 mil pesos mensuales para comer, cubrir servicios básicos y costear el desarrollo integral de sus miembros.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) explicó que el aumento del mínimo –de 73.04 a 80.04 pesos– para el próximo año es a todas luces insuficiente.
«Con un salario mínimo, los hogares apenas compran la cuarta parte de los productos y servicios que adquirían hace 40 años», señaló el especialista.
Salario para medio comer
En una entrevista con Publimetro, Jose Luis de la Cruz señaló que con un salario mínimo de 80.04 pesos diarios, como está previsto para 2017, se puede comprar alimentos básicos para una sola persona.
Indicó que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la canasta básica alimentaria cuesta 963 pesos mensuales en las zonas rurales y mil 346 pesos en las áreas urbanas.
«Aunque el problema real es que los alimentos de la canasta básica –como frijol, leche, huevo, atún o sardina en lata, azúcar, jabón y algunas medicinas– sólo alcanzan para una persona.
«De tal suerte que dar de comer a una familia de cuatro o cinco miembros, requiere de –al menos– 10 mil pesos mensuales o el equivalente a cuatro minisalarios de 80.04 pesos diarios, que suman dos mil 401 pesos al mes», dijo.
Salario insuficiente para educación y esparcimiento
Raymundo Tenorio Aguilar, titular de las carreras de Economía del Tec de Monterrey, campus Santa Fe, explicó que aún cuando el salario mínimo del próximo año alcanzaría para dar de medio comer a los mexicanos, no incluye todas las necesidades básicas de una familia de bajos recursos.
De acuerdo a las mediciones del Coneval, la canasta básica está enfocada a ofrecer alimento a más de 3.7 millones de familias que reciben un minisueldo, pero olvidan que también es necesario cubrir otras prioridades.
«Los hogares también deben comprar los útiles y uniformes escolares, así como servicios de transporte para sus hijos; darles vestido, zapatos y actividades de esparcimiento; ello sin contar con la necesidad de vivienda y sistemas de comunicación o Internet.
«Ante ello, queda claro que además de insuficiente, el rezago del salario también promueve la pobreza y la preciaridad de millones de familias», concluyó.
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