Adolescentes y mascotas de la Ciudad de México expuestas al aire contaminado por el alto tránsito de vehículos, están en riesgo de padecer alzheimer y parkinson, alertó un estudio de Lilian Calderón Garcidueñas, investigadora de la Universidad del Valle de México y de la Universidad de Montana.
La también neuropatóloga explicó que al respirar contaminantes como el ozono y micropartículas (PM2.5) presentes en el ambiente, el cuerpo no tiene la capacidad de mantener barreras que impidan su entrada y causen afectaciones.
Incluso las barreras placentarias tampoco impiden la entrada de dichos contaminantes por lo que los bebés tendrían un factor más para padecer algún tipo de padecimiento neurodegenerativo.
En conferencia de prensa expuso que si bien las cifras de personas con alzheimer en México son diferentes, existe un estimado de 630 mil pacientes y la proyección es que se dupliquen en 20 años.
En los últimos tres años, estudios efectuados en la Ciudad de México, Ontario y Taiwán, añadió, han demostrado que quienes viven en urbes con alta concentración de tránsito vehicular presentan más posibilidades de desarrollar diferentes tipos de demencias, así como males cardiacos y respiratorios, principalmente.
La doctora Calderón, quien desde hace más de 14 años ha realizado estudios sobre contaminación ambiental, abundó que en una de sus recientes investigaciones detectó la presencia de nano partículas compuestas por grandes cantidades de hierro en áreas cerebrales (coincidentes en su morfología con las nano partículas producto de la combustión), que están presentes en células cerebrales del área prefrontal.
Dijo que las partículas de magnetita son productoras de grandes cantidades de radicales libres de oxigeno, proceso que causalmente está vinculado a padecimientos con alzheimer.
En su estudio evaluó los efectos de la contaminación en la substancia blanca prefrontal del cerebro, en población joven de la Ciudad de México (17 años aproximadamente) y su posible impacto a nivel neurovascular y en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados arrojaron que, en comparación con los niños que viven con aire limpio, los capitalinos presentaron inflamación sistémica, cerebral e intratecal, déficits de memoria de atención y corto plazo, y otras condiciones que indican que esta parte del cerebro es blanco de la contaminación.
La inflamación cerebral se asocia a deficiencias cognitivas como la memoria reciente y el desarrollo de marcadores histopatológicos de la enfermedad de Alzheimer, alertó Lilian Calderón.
Mencionó que estudios publicados por su laboratorio también refieren hallazgos que relacionan la contaminación con daños al sistema cardiovascular, esto es que la exposición cercana y/u ocupacional, podrían elevar los riesgos de desarrollar isquemia al miocardio, infartos, presión arterial alta e infartos cerebrales.
Contaminación ataca a mascotas
La doctora Calderón advirtió que las partículas contaminantes también han sido halladas en el cerebro de perros de tan sólo 11 meses de edad y éstas podrían provocar que los caninos padezcan alzhaimer.
Por ejemplo, acotó, la propensión a dicho mal neurodegenerativo se ha presentado en perros hasta los 15 años de edad en lugares donde no hay alta contaminación.
Como en el caso de los menores de edad, las primeras muestras de daño cerebral en los perros es que tengan problemas de aprendizaje en un esquema de adiestramiento, desde edades tempranas.
Consideró que el problema de la contaminación presente en las grandes urbes es muy complejo y que con toda la información disponible, corresponde a los médicos advertir que es necesario disminuir las concentraciones a las que la población se está exponiendo.
