La Liga Árabe convocó hoy a una reunión urgente para el próximo miércoles con el objetivo de abordar la crisis generada por la violencia en la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Asimismo, acusó a Israel de estar “jugando con fuego” si persiste en restringir el acceso a ese sitio sagrado para los musulmanes.
El secretario general de la Liga Árabe y ex canciller egipcio, Ahmed Abul Gheit, advirtió que Israel “está jugando con fuego” y “ha encendido una gran crisis en el mundo árabe, haciendo de la lucha con los palestinos una lucha religiosa”, lo que llevará a unas consecuencias desastrosas.
Acusó a Israel de haber involucrado a la religión en su larga disputa con los palestinos. “Jerusalén es una línea roja que no hay que cruzar y que árabes y musulmanes no pueden aceptar que se toque”, enfatizó.
Sostuvo que Israel busca “imponer una nueva realidad en Jerusalén”. “Todos conocen la profundidad y los peligros de los planes israelíes desde hace años para judaizar la ciudad de Jerusalén”, indicó Abul Gheit, citado por el diario israelí Yedioth Aharonoth.
Ante la situación, la Liga Árabe llamó a celebrar una reunión de emergencia a nivel de cancilleres el próximo 26 de julio para examinar las agresiones y las últimas medidas israelíes en Jerusalén y en la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado para judíos y musulmanes, conocido también como Monte del Templo.
La violencia resurgió el pasado 14 de julio, cuando tres palestinos mataron a dos policías israelíes en uno de los principales accesos de la Explanada de las Mezquitas, antes de ser abatidos por las fuerzas de seguridad.
Tras el ataque, Israel cerró por primera vez en décadas la Explanada de las Mezquitas, la cual reabrió dos días después de manera gradual, pero colocó detectores de metales y cámaras de video, consideradas necesarias para garantizar el control del área y la seguridad de los visitantes.
Los musulmanes rechazaron estas medidas, al argumentar que representan “un grave cambio” en el status quo de Jerusalén.
Los detectores de metales han sido vistos como una provocación por los palestinos, desatando una ola de protestas en Jerusalén y Cisjordania, las cuales han dejado al menos 591 heridos por enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes, según cifras de la Media Luna Roja palestina.
Autoridades israelíes han advertido que no retirarán los detectores de metales instalados en la Explanada de las Mezquitas como exigen los palestinos.
Los detectores de metal «se van a quedar». «Los asesinos nunca nos van a decir cómo registrar a los asesinos, Si los palestinos no quieren entrar en la mezquita, que no entren”, dijo el ministro israelí de Desarrollo Regional, Tzachi Hanegbi, en declaraciones a la Radio del Ejército israelí.
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública de Israel, Gilad Erdan, consideró que podrían retirar los detectores de metal y sustituirlos por una mayor presencia de la Policía israelí y la instalación de cámaras de seguridad con tecnología de reconocimiento facial. «Hay muchos fieles a los que la Policía conoce, que son habituales”, indicó.
La Explanada de las Mezquitas, que incluye la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa, es el tercer lugar más sagrado para el Islam (tras La Meca y Medina), mientras que para el judaísmo el Monte del Templo es el lugar más sagrado, debido a que ahí se encuentra el Muro de los Lamentos.
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