Karen –a quien llamaremos así por motivos de seguridad– caminó hacia la parada del bus en su primer día de preparatoria, pero en el trayecto fue violentada.
“Hace menos de un mes, 6 de febrero, me paré muy contenta pues era mi primer día de clases, un día antes había arreglado todo (comida, ropa y cosas que necesitaba). Me arreglé, mandé unos mensajes antes de salir de casa y me fui. Iba caminando para tomar el camión que me llevaba a la escuela y por detrás de mí escuché que alguien chifló, voltee y vi que era una tipa. No le tomé importancia y seguí”, relató en una publicación de Facebook que nos dio autorización de publicar.
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“Una cuadra antes de llegar al camión, un tipo me agarró por detrás, ahorcándome, pidiéndome todas mis pertenencias. Accedí y cuando iba a darle mis cosas me pidió que nos metiéramos a una cerrada que estaba a nuestro costado, que llegando al final le daría todo y que después él se iría”.
Pero el agresor no se fue y abusó de ella. Lo que siguió fue un martirio: denunció ante la procuraduría y tuvo que recordar, pese a su temor, todo el sufrimiento que vivió. Ahora pasa por un proceso de rehabilitación.
Este caso, a decir de especialistas consultados por Publimetro, refiere la necesidad de crear espacios públicos seguros para las mujeres. Y es que precisamente ellas son quien más caminan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
De acuerdo con datos de la Encuesta Origen-Destino 2017 de los 10.30 millones de personas que deciden caminar en al menos uno de los tramos de sus viajes, el 71.4% son mujeres, es decir son 5.65 millones, mientras que los hombres son 60.3%.
En consecuencia, sugirieron especialistas, las autoridades tienen la tarea de mejorar la infraestructura de las calles para hacer seguros y accesibles los trayectos a pie de las mujeres.
El derecho a espacios seguros
Amparo Ortega, integrante del colectivo ANDO refirió en entrevista que el hecho de que las mujeres caminen más por la calle obliga a que se generen condiciones de seguridad.
“Algunas características físicas de las calles permiten, al menos en percepción, que nosotras nos sintamos inseguras. Por ejemplo, lugares sin luminarias y obstrucciones que permitan ser escondites. También los olores como orines, alcohol y basura, son espacios que evitamos».
“La seguridad modifica el cómo las mujeres decidimos transportarnos, pero tenemos el derecho a la ciudad, a transitar seguras”, concluyó.
Sin embargo, dijo, no se trata de crear espacios exclusivos, sino seguros para mujeres, niños, adultos mayores y hombres.
Claudina de Gyves, arquitecta y coordinadora general local de la Liga Peatonal, explicó que se necesita de una combinación de factores para construir calles seguras.
“No es un secreto la violencia que viven las mujeres en el espacio público y justamente porque existe esta vulnerabilidad se han generado programas en otras ciudades. Por ejemplo, es muy importante la iluminación de las calles, que haya vida en el espacio público.
“La manera en que se diseña la calle influye en los comportamientos e inhibe algunos. Mientras más gente deambula por la calle tienes más gente pendiente de lo que sucede, lo que aporta en la seguridad”.
Por ello, dijo, se deben crear políticas públicas con perspectiva de género para generar condiciones de seguridad para las mujeres.
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Entrevista
Dana Corres, coordinadora General Central de la Liga Peatonal
Los entornos no seguros, ¿qué tanto exponen a las mujeres en sus trayectos?
Es un problema muy grave que ya trabaja Inmujeres y ONU Mujeres en la Ciudad de México, por ejemplo la Estrategia 30/100 para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Vemos como organización que hay avances en la política pública, pero no todas las dependencias hacen lo que les toca. El Metro por ejemplo hace una labor impresionante para alinearse al programa, como los vagones exclusivos.
La Secretaría de Seguridad Pública no está haciendo suficientes esfuerzos ¿Cómo hacer las calles más seguras?
Nosotros junto con ONU Mujeres estamos desarrollando con una capacitación, auditorías de caminabilidad, porque queremos salir con las mujeres a caminar y hay cosas que sabemos que son peligrosas, pero ahora queremos sistematizar todo este conocimiento.
Y lo que queremos comprobar es que temas como la iluminación, las banquetas anchas, el uso de suelo mixto o los olores, influyen en la seguridad. Es importante que las mujeres sean tomadoras de decisión en temas de planificación y diseño de la ciudad.
¿Qué tan útil puede ser para las mujeres que caminan la ciudad la aplicación de Vive Segura?
Nosotras creemos que son herramientas valiosas, pero el problema es que no se conocen los datos. Por eso hacemos un llamado al Inmujeres para que los abra. Y sin datos es muy difícil saber si la aplicación funciona.
¿Qué otras acciones se pueden tomar para evitar las agresiones a las mujeres?
Esto se puede cambiar si hacemos la calle segura con iluminación, con buenas banquetas, con una serie de elementos que no son caros y que el gobierno de la Ciudad de México deberían estar trabajando con perspectiva de género, porque nos ayuda a crear planes exclusivos.
Un dato
5.65 Millones de mujeres caminan la calle en al menos uno de los tramos de sus viajes.