Los hundimientos en la Ciudad de México no sólo provocan grietas, sino que también pueden dañar el patrimonio artístico y cultural. Asimismo, este problema puede ser más grave que un sismo, consideró el especialista de la UNAM, Efraín Ovando Shelley.
De acuerdo al Atlas de Riesgo de la Secretaría de Protección Civil de la Ciudad de México, la zona limítrofe del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que incluye parte de las delegaciones Venustiano Carranza, Iztacalco y Gustavo A. Madero, presentan de manera anual hundimientos que van de los 21 a los 30 centímetros.
En tanto, parte de la delegación Cuauhtémoc, Iztapalapa, Iztacalco y Xochimilco, tienen hundimientos que van de los 11 a los 20 centímetros; y parte de Azcapotzalco, Benito Juárez, Miguel Hidalgo registran un hundimiento anual de 0.1 a 10 centímetros por año.
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Ante este panorama, el académico advirtió que los hundimientos son un riesgo que no son de corta duración a diferencia de los sismos.
“Nos referimos a los temblores como fenómenos naturales que duran segundos, o cuando mucho un minuto, y que suelen tener consecuencias catastróficas, pero los hundimientos son siniestros que van en cámara lenta. Su velocidad es variable, dependiendo de la zona; incluso podría ser mínima, pero permanente. México está expuesto a muchos riesgos que no son de corta duración; uno de ellos es el hundimiento regional, que ocurre poco a poco, pero de manera constante, al menos desde mediados del siglo XIX”, indicó.
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Mas riesgos
Recordó que los hundimientos en la capital del país son producto de la excesiva extracción de los acuíferos profundos; sin embargo -dijo- este fenómeno se registra a diferentes velocidades, de ahí su peligro, or ejemplo, las subcuencas de Xochimilco y Chalco alcanzan hundimientos de entre 35 y 40 centímetros por año.
Además, el área donde se construye el nuevo aeropuerto se registra un hundimiento de entre 12 y 14 centímetros anuales, aunque hay puntos en los que es mayor. “Todos estos datos son observables y se pueden corroborar.
Efraín Ovando comentó que los hundimientos contribuyen a la aparición de grietas en el terreno y a afectaciones a la infraestructura urbana, las vialidades, las casas habitación y al patrimonio arquitectónico, artístico y cultural.
Sostuvo que una solución sería dejar de explotar los acuíferos, pero dos terceras partes del agua para consumo se extraen de los pozos, y la otra porción es traída de otras cuencas, “proceso que representa un alto costo económico, así que en el corto plazo no hay manera de detener el fenómeno”.
Sismo agravó hundimientos
Dos científicas del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (Centrogeo) determinaron que algunas zonas de la Ciudad de México se hundieron hasta 25 centímetros, esto es 10 veces más que su promedio mensual, luego del terremoto del pasado 19 de septiembre.
A través de un estudio, detectaron que los lugares en los que se pueden observar desplazamientos negativos más significativos son: Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa.
“Las consecuencias que provocan los hundimientos o levantamientos del suelo dependen de en qué lugares se presenten. Por ejemplo, en zonas pobladas se pueden ocasionar daños a las tuberías del drenaje o de abasto de agua, así como afectaciones a edificios que pueden ir desde grietas hasta derrumbes”, explicaron Alejandra López Caloca y Elvia Martínez Viveros.